lunes, 1 de octubre de 2012

AL SUR DEL PACÍFICO

El teniente Joseph Cable (John Kerr), llega a una indeterminada isla del Pacífico Sur que, por lo que nos narra la peli podemos situar en el archipiélago de las Salomón, con la misión de viajar a una de las islas próximas, ahora ocupada por los japoneses y espiar sus movimientos.
El estado mayor considera que si son capaces de preveer lo que los japoneses están tramando a través de conocer sus movientos de tropas y embarcaciones, llevarán ventaja en los enfrentamientos que se produzcan a partir de entonces.
Para su misión, el teniente debe convencer para que le acompañe a un francés, antiguo dueño de una plantación en la isla ahora ocupada por los nipones, llamado Emile de Becque (Rossano Brazzi), ya que conoce la isla palmo a palmo. De Becque se muestra reacio, está seguro de que no volverán con vida de esa misión y el está enamorado de una enfermera estadounidense, Nellie Forbush (Mitzi Gaynor), con la que espera casarse.
 
 
Mientras esperan entrar en acción, las tropas estadounidenses asentadas en una base de la isla, cantan, bailan y preparan la fiesta de acción de gracias, en definitiva, se divierten como pueden para hacer la espera más agradable.

 
La película es una adaptación bastante convencional de un musical de gran éxito en Broadway por aquel entonces, llamado South Pacific.

 
La historia dramática que da soporte a los números musicales, nos narra los amores entre dos parejas: El francés y la enfermera, por un lado y, por otro, el joven teniente y una nativa llamada Liat (France Nuyen). El guión encierra una reflexión sobre las relaciones interraciales, las dificultades que pueden implicar y la cobardía de las personas para tomar ciertas decisiones. Por ejemplo, el teniente Cable acepta a Liat como amante, pero ni hablar de matrimonio; y Nellie no es capaz de superar que la anterior esposa del francés fuera polinesia.

 
Hay que reconocer la habilidad del realizador, Joshua Logan para sacar partido a los actores que pasan por sus manos, tenemos ejemplos varios en sus pelis y le da igual que sean jóvenes e inexpertos o gente que no transmita demasiado.
Tenemos un buen ejemplo en la actuación que fue capaz de conseguir con Clint Eastwood en La leyenda de la ciudad sin nombre. Aquí le pasa algo por el estilo con este par de pavisosos que son Rossano Brazzi y John Kerr, bastante inexpresivos, pero de los que sabe sacar cierto partido.

 
La fotografía es muy llamativa y se beneficia de los atractivos paisajes naturales (por cierto, algunos exteriores se rodaron en Ibiza), con muchas imágenes de esas de verdadera postal y un cierto abuso de la técnica que se conoce entre los entendidos como “flous” o imágenes teñidas de diferentes colores, que quieren exteriorizar los estados de ánimo de sus principales personajes. Pero en general, ya digo, muy llamativa.

 
Un film que se hace bastante largo para lo que nos cuenta y en el que Logan nos da una vez más una auténtica lección de sensualidad tratada con verdadera delicadeza, sin provocaciones, a pesar de las escenas de chicas en bikini y de los fornidos marineros. Muy elegante.

 
 
 

4 comentarios:

  1. A mí me resultó bastante entretenida, aunque la verdad es que películas de aquella época hay muy pocas que no me gustaran, igual es porque era lo único que tenías.

    Saludos Trecce.

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  2. Soy del parecer de Trecce. Es un poco plúmbea.

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