viernes, 31 de enero de 2014

SU MAJESTAD MRS. BROWN

Tras las muerte de su marido, Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, la reina Victoria (Judi Dench) del Reino Unido, entra en un largo periodo de luto, se aparta de todas las actividades públicas y vive casi recluida en su castillo de Osborne, en la Isla de Wight. El secretario personal de Su Majestad, Henry Ponsonby (Geoffrey Palmer), escribe en una carta a su esposa, que todo el personal que sirve a la reina, está esclavo del estado de ánimo de ésta.
Victoria decide llamar a John Brown (Billy Connolly), un escocés, típico highlander, que había estado al servicio de ella y de su marido cuando adquirieron la propiedad de Balmoral, quiere que sea la persona encargada de cuidar a su caballo.
Brown irá ejerciendo un influjo cada vez más acentuado sobre la reina, a quien acompaña a dar largos paseos a caballo. Hombre sencillo, llama la atención su manera sincera y fuera de todo protocolo de dirigirse a la reina.
En esos años, los partidarios de la opción republicana están cobrando fuerza en el Parlamento y aprovechan cualquier ocasión para tratar de menoscabar el aprecio ciudadano hacia la monarquía, así que no dudan en extender el rumor de que entre la reina y el señor Brown existe algo más que una simple relación de amistad.
El primer ministro, Benjamin Disraeli (Antony Sher), trata de que la reina vuelva a hacer acto de presencia pública, cree que sería la mejor manera de frenar el auge del republicanismo, para conseguirlo, no duda en demandar la ayuda del señor Brown.


Elegante film, en un principio concebido para la televisión. La fotografía de exteriores nos acerca a los paisajes de la campiña inglesa y de las tierras altas de Escocia y en las tomas de interiores, hace un uso correcto de la iluminación y de los cromatismos. Bien ambientada, contiene un buen número de escenas en las que se nota el buen trabajo de planificación y composición.


Desde siempre, ha existido entre los historiadores y los aficionados a la historia, curiosidad por el personaje de John Brown y su relación con la reina Victoria. Seguramente de haberse tratado de otra soberana, la cosa no hubiera despertado tanto interés, pero dada la intransigencia de la reina británica a la hora de enjuiciar la moralidad de los demás, no deja de tener cierto morbo escudriñar en este aspecto de su biografía.


Aparte de relatarnos episodios de la vida de estos dos personajes en el periodo en que estuvieron más cercanos, el film aprovecha para darnos una buena muestra de las relaciones con el personal de servicio; las luchas políticas en el parlamento; las envidias e intrigas cortesanas y un cierto acercamiento a la personalidad de esta mujer, a su manera de relacionarse con los demás y particularmente con los más cercanos y a la forma de afrontar esa lucha que mantienen todos estos personajes de la realeza entre lo que supone cumplir con las obligaciones de una posición que es su medio de vida y lo que desearían hacer como personas privadas, algo que, en muchos casos, no se aviene con lo que de ellos se espera y se exige.


Magníficamente interpretada, con una soberbia Judi Dench y Billy Connolly, un hombre de teatro que con bastante más de 50 años, hacía su debut protagonista en el cine, medio en el que, por otra parte, tampoco se ha prodigado que digamos.
Con ese algo especial que tiene el cine británico, resulta muy agradable de ver, divertida por momentos y, en cualquier caso, es otra manera diferente de acercarnos a la historia de una persona que marcó una época al frente de una nación que, por aquel entonces, aún seguía ostentando la primacía en el concierto internacional.

 
 
 

jueves, 30 de enero de 2014

ELISA LA MALAGUEÑA

"Elisa la Malagueña no sólo era gentil, o digamos idólatra, sino hembra algo liviana y alegre, como a su oficio convenía, pues era del género y condición de las muchachas de Cádiz, que ya celebra Anacreonte, y de la Teletusa de Bética, que Marcial encomia. Elisa cantaba, bailaba y repiqueteaba las castañuelas tan bien como ellas antes, y mejor que en nuestra edad Lola Montes, Pepita Oliva, Petra Cámara, y la flamante señorita Otero, por quienes tal vez no en balde se dijo que de atrás le viene el pico al garbanzo".
Así describe el autor al personaje principal de la novela, Elisa, comediante, declamadora, que recorre varios paises mediterráneos en compañía de Dióscoro y su hermana Zoe. Con ésta, con la que le une gran intimidad, aprenderá a sacar partido a sus encantos de mujer.
La novela se empezó a publicar en el Blanco y Negro del ABC, y quedó inacabada, debido a la decadencia física de Valera en los últimos años de su vida.
 
 
 

miércoles, 29 de enero de 2014

AMISTAD

Una noche de verano de 1839, la goleta española La Amistad, navega por aguas del Caribe desde La Habana hasta Puerto Príncipe, en sus bodegas viajan hacinados 53 esclavos negros, parte de un grupo de 500 que fueron llevados ilegalmente en la nave portuguesa Tecora, desde Sierra Leona hasta Cuba.
Uno de ellos, Sengbe Pieh llamado Joseph Cinqué (Djimon Hounsou) por los blancos, consigue liberarse de sus cadenas y hace lo propio con el resto de sus compañeros, matan a la tripulación y perdonan a los dos propietarios de la carga, los cubanos Ruiz (Geno Silva) y Montes (John Ortiz), a quienes ordenan que les lleven de regreso a África. Sin embargo, estos, engañan a los africanos y dirigen el barco hacia el norte, a las costas de EE.UU., donde son avistados varias veces, hasta que el bergantín Washington, toma La Amistad y a los esclavos bajo custodia y los conduce a Connecticut, donde serán encarcelados y sometidos a juicio. Varios demandantes se presentarán ante la corte que juzga el caso reclamando sus derechos: la Corona española, la Secretaría de Estado norteamericana, los traficantes cubanos, los oficiales del barco que los ha llevado hasta allí y un grupo de abolicionistas. Incluso, el octavo presidente de la nación, Martin Van Buren (Nigel Hawthorne), se interesa por el asunto al ver peligrar su reelección.


Con este film, Steven Spielberg debutaba con su propia productora, Dreamworks Pictures, que acababa de crear. El guión se basa en hechos reales, aunque son acomodados, incluso en determinadas situaciones o personajes, totalmente alterados o inventados.


Técnicamente la película es impecable, muy bien fotografiada, con una banda sonora que, sin ser nada del otro mundo, está bien, echando mano de algunas piezas de música clásica y ambientación acorde con los medios disponibles, es decir, espléndida.


El film cuenta con un elenco de renombre, bien es cierto que alguno de ellos da toda la sensación de servir como reclamo más que otra cosa. Quizá el caso más patente sea el de Morgan Freeman, que al principio parece que va a tener una actuación relevante y después, su presencia se va diluyendo sin apenas diálogos, o el de Anna Paquin dando vida a una patética Isabel II de España.
Anthony Hopkins, que interpreta al expresidente John Quincy Adams, actuación muy personal y muy lograda, tiene una larga escena, yo creo que pensada para él (aunque al parecer se había contactado con Sean Connery, aunque vaya usted a saber), nada menos que 7 minutos de speech, ante la Corte Suprema de EE.UU., que rodó en una sola toma. No me extraña que Spielberg no se atreviera a llamarle de otra manera que Sir Anthony.


La forma de contar la historia puede dar lugar a críticas varias, desde que puede parecer tramposa, hasta quien vea en ella una denuncia contra la esclavitud. Spielberg narra los hechos de manera que los negros sean los buenos del film y los tratantes de esclavos los malos de la película, pero envolviendo todo con una dosis de moralina y de recursos extemporáneos que estropean un tanto el mensaje. Nos presenta a unos ingleses guardianes de los mares, intentando impedir el comercio de esclavos y a unos norteamericanos más preocupados por las consecuencias internas que pueda tener el asunto, en relación a la ya latente guerra civil, que a los derechos de los africanos. En realidad, en los juicios sucesivos, lo único que trata de dilucidarse es si los detenidos nacieron libres o esclavos, son tratados como una mercancía cualquiera y se trata de ver si alguno de los reclamantes tiene derecho a ella o han de ser devueltos a su país de origen por haber sido sacados de allí de forma ilegal, por eso resulta un poco chocante el discurso final de Hopkins que, aunque resulte tremendamente emotivo, suena a demagogia del guión.




martes, 28 de enero de 2014

EL COMENDADOR MENDOZA

Don Fadrique López de Mendoza, conocido como el Comendador, tuvo relaciones ilícitas en su juventud con doña Blanca Roldán, esposa a la sazón del hacendado don Valentín de Solís. De estos amores ilegítimos nació una niña llamada Clara. En edad de contraer matrimonio, su madre, doña Blanca, quiere remediar de algún modo el desliz cometido en su mocedad. A este efecto concibe dos soluciones: Primera, que se case su hija con don Casimiro, heredero de don Valentín en caso de que este no tuviera descendencia, para que la fortuna de éste vaya a quien corresponde. Esta primera solución se desvanece ante la repugnancia de Clara a unirse a un tipo bastante feo, achacoso y mucho mayor que ella. La segunda solución, es que abrace la vida monacal. A estos planes, que si reparan el daño es a cambio del sacrificio de una joven inocente, más propensa a quemarse en la llama del amor humano, por estar prendada del apuesto y elegante don Carlos, que en la del amor divino, se opone el comendador Mendoza, rescatando a su hija de hábil e ingeniosa manera.
Argumento enrevesado, aunque planteado de manera sencilla, que sirve al autor para enfrentar el dogmatismo de los preceptos morales de la doctrina cristiana llevados al extremo y la libertad del individuo que no ha de ser vasallo de deudas contraídas por otros, aún en el caso de ser el fruto inocente del pecado.
Con ser el Comendador un carácter bien estudiado, donde se dan las condiciones del hombre volteriano de aquellos días -último tercio del siglo XVIII- sin que el corazón se inhiba del todo frente al espectáculo de la vida, no le va a la zaga, aunque en el plano opuesto, doña Blanca Roldán. De estos dos temperamentos antagónicos, irreconciliables, forjado el uno en la virtud cristiana, en la moral más austera, y contaminado el otro del "virus" escéptico que a la sazón se enseñoreaba de Europa, surge el interés dramático de la novela.
Como en otras novelas del autor, en uno de los personajes reconocemos al alter ego de Valera, en este caso, el protagonista de la novela, el Comendador Mendoza. No se contenta, pues, con imprimir a la fábula su donosura espiritual, su gracejo andaluz, la alegría cósmica que nace de su natural optimismo, sino que ha de hablar también por labios de su personaje, sobre cuestiones de amor, de moral o de filosofía.






lunes, 27 de enero de 2014

EL CRISOL

Un grupo de niñas de la aldea de Salem (actual estado de Massachusetts), son sorprendidas en plena noche por el reverendo Parris (Bruce Davison), cuando estaban bailando alrededor de una hoguera, salen huyendo, pero por culpa del susto que se han llevado, alguna de ellas enferma.
Inmediatamente, se sospecha que aquellas enfermedades tienen causas sobrenaturales y se llama al reverendo Hale (Rob Campbell), un experto en brujería, para que les ayude a aclarar el caso. Hale, sin darse cuenta, proporciona a las niñas una salida para evitar el castigo, cuando les dice que si confiesan que vieron a alguien en compañía del diablo, estarán haciendo el trabajo del Señor.
Inmediatamente, una de ellas, Abigail Williams (Winona Ryder), comienza a acusar a algunos de los habitantes del pueblo, pero aquello sólo es el inicio, se desata una verdadera espiral de denuncias de unos contra otros, cualquier ocasión es buena para tratar de tomar venganza por envidias o por pasados rencores. Se abre una causa en la que un tribunal, presidido por el juez Thomas Danforth (Paul Scofield), se encargará de investigar las acusaciones. Muchas personas son detenidas y comienzan los ahorcamientos.



Basada en la famosa obra de teatro del mismo título, escrita por Arthur Miller, que también firmó el guión de la película. La obra de Miller, estrenada en 1953, fue galardonada con el Premio Tony de teatro.


La película narra los acontecimientos que se vivieron en la ciudad de Salem, entre febrero de 1692 y mayo de 1693, en la época de la colonización de Norteamérica. Una auténtica caza de brujas asoló la aldea, 150 personas sufrieron prisión y 19 de ellas fueron ejecutadas en la horca.
Los hechos de Salem, han servido muchas veces como figura retórica para advertir de los peligros del fundamentalismo en general y del que supone la intromisión de los principios religiosos en la vida civil y política, en particular.


De hecho, la obra de Miller, es una denuncia de las situaciones que le tocó vivir al dramaturgo durante el periodo del MacCarthysmo. Miller, perseguido por la Comisión de Actividades Antiestadounidenses, se negó a dar nombres, como hizo John Proctor (Daniel Day-Lewis), el protagonista del film, que fue ahorcado por no querer denunciar a sus convecinos.
Muy bien ambientada y con unas actuaciones relevantes, sin embargo quiero destacar la de dos secundarios, Joan Allen, que interpreta a la Sra. Proctor y Paul Scofield, en la que sería su última aparición en la gran pantalla.


A mí me ha parecido una buena película, entretenida, con alguna licencia histórica que ya estaba en la obra de teatro y que Miller introdujo para justificar ciertas situaciones que plantea en el relato.
Denuncia contra la intolerancia y el fundamentalismo y contra las derivas que se producen en muchas ocasiones al socaire de estas situaciones, en las que, amparadas en controversias de orden moral, afloran rencillas personales, envidias y venganzas que nada tienen que ver con aquello, sino con aspiraciones mucho más prosaicas.





sábado, 25 de enero de 2014

LA BURBUJA DEL BALÓN

Hace unos meses, se publicaba la deuda de los clubes de fútbol con Hacienda, unos 700 millones de euros. Como no entiendo mucho de esto, no sé si en estas cifras están incluídos los que no son Sociedades Anónimas Deportivas, a saber, Real Madrid, Barcelona, Athletic de Bilbao y Osasuna, pero lo que sí sé es que esta es sólo la deuda con Hacienda, porque a mayores, le deben 16 millones y medio a la Seguridad Social y otras "pequeñas" zarandajas que colean por ahí.
Que este es un mundo donde abundan los "espabilados", incluso los delincuentes condenados, lo sabemos, sólo hay que echar un vistazo a algunos de los que conforman la lista de mandatarios del fútbol patrio en los últimos años, desde los casos más conocidos, como el del difunto Jesús Gil, o la familia Ruiz Mateo, hasta una pléyade que, por estar al frente de equipos más modestos, no son conocidos fuera de determinados ámbitos. ¿Por qué se meten ahí?, ¿por amor al club de su ciudad? El caso es que cuando la cosa va bien, se lo llevan crudo, pero cuando llegan las pérdidas, las tenemos que pagar entre todos en forma de ayudas de organismos públicos, que amparan de manera cobarde estos manejos, presionados por un atajo de palmeros, gente del pueblo, como cualquiera de nosotros, hábilmente manejados por estos listillos para que salgan a la calle cada vez que el equipo está al borde de la desaparición y la corporación de turno, o la misma Hacienda, como es el caso, haga la vista gorda. Son muchos votos los que están en juego.
Si a Vd., mañana le ponen una multa de tráfico y no la paga, Hacienda le perseguirá hasta la frontera y más allá, pero no hace nada para cobrar 700 millones, total...
Si con la que está cayendo, con la retirada de ayudas a la dependencia que han obligado a muchas personas que cobran una pensión de mierda (con perdón) a atender a su marido o a su mujer con alzheimer, cuando los caciques del balón siguen debiendo dinero, esto ya no es cobardía de los políticos, es auténtica complicidad con actitudes presuntamente delictivas y la muestra de la más alta cota de miseria moral.
 
 
 

viernes, 24 de enero de 2014

KAMASUTRA: UNA HISTORIA DE AMOR

Tara (Sarita Choudhury) y Maya (Indira Varma), se han criado juntas, comparten juegos, pero Tara es hija de una familia rica y Maya es pobre, sus elegantes vestidos, son los que Tara ya no se pone, jamás ha tenido ropa nueva.
La familia de Tara, concierta el matrimonio de ésta con el rey, Raj Singh (Naveen Andrews), la noche previa a la boda, Maya se toma su pequeña venganza, se introduce en la alcoba del rey y yace con él, por la mañana, le dice a Tara: Siempre me vestí con tu ropa usada, tú tendrás el resto de tu vida, algo que yo usé por primera vez.
Maya es expulsada de la ciudad cuando se descubre lo que ha hecho y se va a las montañas, donde conocerá a Jai Kumar (Ramon Tikaram), que le busca un acomodo en una especie de escuela para cortesanas donde Rasa Devi (Rekha), imparte enseñanzas sobre el Kamasutra.
El caso es que Raj Singh no logra quitarse a Maya de la cabeza y la busca por todas partes, hasta que la encuentra y la convierte en una cortesana de palacio, su amante favorita.
Sin embargo, Maya no logra olvidar a Jai Kumar, del que se ha enamorado.



La historia se desarrolla en la India en el siglo XVI y nos presenta una enrevesada historia de amor, por una lado el rey, enamorado de Maya, pero casado con Tara y, por otro, Maya, enamorada de Jai, pero siendo amante oficial del rey. Sin embargo, el guión consigue que la sigamos perfectamente, sin necesidad de prestar más atención de la necesaria.


El panorama, es el de un ambiente de lujo y erotismo, correspondiente a la corte del rey Raj Singh, las referencias que se hacen a la vida de las clases menos favorecidas, son tangenciales y sin entrar en profundidad en ello.


Una banda sonora interesante, fundamentalmente basada en ritmos típicos de la tradición hindú y una magnífica fotografía, con una utilización acertada de la iluminación en los interiores y unas maravillosas puestas de sol en las escenas de exterior. En muchos de los planos se emplean imágenes metafóricas, jugando con el doble significado de lo que se nos muestra, por ejemplo el agua y lo que en ella se refleja.


Este film permitió conocer en el extranjero a su directora, Mira Nair, que nos ofrece una película estética y técnicamente, bastante buena, pero con una historia sin demasiada trascendencia.
A pesar de toda la sensualidad que desprende el film, las escenas de sexo no son explícitas y la realizadora las resuelve con mucho gusto y delicadeza, sin renunciar a mostrar la anatomía de los protagonistas, pero sin hacer de ello un uso agresivo, sino todo lo contrario.

 
 
 

jueves, 23 de enero de 2014

EL CONDE LUCANOR

Obra clásica de las letras castellanas, de carácter didáctico y moralizador, estructurada a base de ejemplos que Patronio, criado y consejero del Conde, expone cuando éste le plantea cuestiones de su vida y entorno.
Para los críticos está muy clara la influencia tanto de los dominicos, como de la narrativa oriental. La orden de predicadores, de la que D. Juan Manuel era ferviente discípulo, aboga por una predicación amena y asequible y en cuanto a la influencia de los relatos orientales, queda clara, tanto en la estructura de los diferentes capítulos (a base de ejemplos y de diálogos consejero-discípulo), pero además, en buen número de ellos, los personajes son príncipes o caballeros musulmanes.
En cuanto al público al que va dirigida, en el prólogo, dice D. Juan Manuel: "lo fizo por entención que se aprovechasen de lo que él diría, las genes que no fuesen muy letrados nin muy sabidores. E, por ende, fizo todos los sus libros en romançe e esto es señal çierto que los fizo para los legos de non muy gran saber como lo él es".
Esta contraposición entre legos y letrados, no se refiere a cultos e incultos, sino a la cultura romance (laica) y la erudición latina (eclesiástica), así pues el autor parece dirigir su obra a una élite de personas cultas en lengua vulgar, contrapuesta a los eruditos latinos. Sin embargo, sus enseñanzas adquieren valor universal, pues no sólo la nobleza, sino también el vulgo, pueden beneficiarse.
D. Juan Manuel hace una especie de apología de su propia clase social, al retratar la perfecta figura del noble de orgullo caballeresco y magnánimo.
En cuanto a las relaciones del hombre con Dios y el problema de la salvación del alma, tan presente en la literatura medieval, habla de la predestinación, de la providencia y del cumplimiento de los deberes marcados por la Iglesia.
Es muy curioso encontrar en la lectura una cantidad ingente de palabras de castellano antiguo, tanto en las primeras fases de su evolución hacia su forma actual, como antes, incluso, de que esa evolución se haya iniciado.
Don Juan Manuel, hace gala de un léxico rico y colorista; la fuerza de su relato, la consigue no con lo anecdótico, sino con la sutil psicología con la que ha sabido trazar y poner en acción al ser humano.
La obra puede enmarcarse perfectamente en una larga tradición donde se incluyen obras como El libro de los buenos ejemplos, Las flores de la filosofía, El Bonium o Bocados de Oro, El Calila e Dimna, etc. El Conde Lucanor no es un tratado árido, sino una obra de amenos ejemplos. Su capacidad narrativa cobra plena vigencia en los ejemplos que adquieren un valor artístico intrínseco, independiente de su contenido doctrinal.




miércoles, 22 de enero de 2014

MICHAEL COLLINS

Dublín, 1916, las tropas rebeldes de la que se autoproclama República de Irlanda, son derrotas por los británicos. Es la enésima vez que los irlandeses se levantan contra la que ellos consideran la potencia ocupante y, una vez más, son derrotados.
Los principales cabecillas de la revuelta serán pasados por las armas y únicamente se libra Eamon de Valera (Alan Rickman), por haber nacido en América (su padre era cubano).
Sin embargo, los rebeldes no se dan por vencidos y, conforme van saliendo de prisión, comienzan a conspirar de nuevo. Uno de los que ha aprendido la lección, de que no se puede combatir al viejo estilo contra el potente ejército Inglés, es Michael Collins (Liam Neeson), un comprometido activista que propondrá una nueva táctica, nada de ejército regular, ni enfrentarse a los británicos con sus mismos métodos, sino que empezará una guerra de guerrillas y comenzará a diseñar atentados con un grupo al que bautiza como "Los doce apóstoles", que se dedicará a ejecutar acciones terroristas. En primer lugar, señalan y van asesinando, a los que ellos consideran irlandeses colaboracionistas y, más adelante, cuando Londres envía a lo más granado de su servicio de inteligencia, sus acciones se dirigirán contra ellos.


La película fue dirigida, en 1996, por Neil Jordan sobre un guión escrito por él mismo.


Cuenta con un brillante reparto, encabezado por Liam Neeson y Julia Roberts, con secundarios de renombre como Aidan Quinn, Alan Rickman, Ian Hart o un jovencísimo Jonathan Rhys Meyers, que realizan un magnífico trabajo.


La fotografía, de Chris Menges, de gran calidad, con muchas escenas de interior, sobre todo las que relatan las actividades clandestinas, hechas en decorados que semejan almacenes y otros lugares semejantes, oscuros y tenebrosos, en los que Menges saca partido a las luces que coloca de manera que los planos parezcan iluminados desde claraboyas, consiguiendo recrear el ambiente requerido.


Destacable también la magnífica ambientación, que reproduce con bastante fidelidad la vida del Dublín de principios del XX, con una lograda recreación del emblemático edificio de correos, donde tuvieron lugar los conocidos y sangrientos sucesos que pusieron fin al "Levantamiento de Pascua" en 1916.
Muy buena también la banda sonora, que toma como base acordes de música popular irlandesa y que se remata con la interpretación de la canción She moved through the fair, en la voz de Sinead O´Connor.


El film toma partido de manera clara por los rebeldes irlandeses, presentando a los ocupantes británicos como un grupo despiadado y brutal, aunque no es menos cierto que tampoco se anda con remilgos a la hora de retratarnos a las diversas facciones de los independentistas irlandeses y su deriva violenta.
De Valera es presentado como un tipo interesado y se queda abierta la puerta para que el espectador interprete si estuvo o no implicado en la muerte de Collins, algo que la Historia oficial no ha logrado aclarar nunca.
Por su parte, Collins es tratado como un hombre íntegro, pero sin prejuicios a la hora de ordenar disparar contra los que considera los enemigos de Irlanda, que evoluciona desde posiciones radicales hasta un empeño decidido por mantener la paz y evitar a toda costa el derramamiento de sangre en una confrontación civil.


Interesante película sobre el que quizá fuera el líder más carismático del proceso de independencia irlandés, susceptible de muchas controversias por el asunto que trata, tan complicado de ver objetivamente cuando tanta sangre hay de por medio y las maneras de contemplar el conflicto, están enfrentadas.
Muy entretenida y con un buen ritmo narrativo, además de una conseguida calidad artística que hacen que su visionado resulte atractivo.




martes, 21 de enero de 2014

EL INVIERNO DEL DIBUJANTE

Un hecho que podemos calificar de puntual, por su escasa dimensión en el tiempo, la creación de una cooperativa llamada D.E.R. (Dibujantes Españoles Reunidos), es el asunto central de la historia que nos traslada el libro de Paco Roca, presentado en forma de viñetas.
Lo cierto es que aquel asunto representó un caso único en España, cinco nombres míticos de la historieta, Conti, Cifré, Escobar, Peñarroya y Giner, hartos de la situación que vivían en la Editorial Bruguera, deciden embarcarse en una nueva aventura, la de ser editores de su propia obra, conciben la cabecera de “Tío Vivo” y se lanzan a la arena para competir en condiciones bastante desiguales. Hay otros ejemplos de actuaciones de este tipo en EE.UU. o Francia, pero ellos lo hicieron en un país sin libertades y en un momento histórico complejo.
Aunque Bruguera ofrecía unas condiciones, sobre todo en el aspecto salarial, que dignificaban bastante la figura del historietista, había algunas zonas oscuras, por así decirlo, que empañaban la dignidad de aquellas personas, no siendo la menor que la editorial se quedara con todos los derechos sobre los originales publicados. De este modo, se dieron situaciones bastante pintorescas (por darles un apelativo suave), como la conocida de Ibáñez que, años después de los hechos que narra el libro, se quedó sin sus personajes Mortadelo y Filemón, los más famosos del mundo de la historieta patria, porque eran propiedad de Bruguera y se embarcó en una pelea por recuperarlos que marcó un camino para otros autores.
Volviendo al libro que reseñamos, apuntar que, aunque la historia central es la efímera vida como publicación independiente de Tío Vivo, lo que Roca nos cuenta es mucho más que eso, pues a través de sus páginas se revive una parte de la vida cotidiana de la España del momento. Los dibujos de Paco Roca, que a mí me recuerdan mucho a los de la época clásica del cómic (el anglicismo se evita en el libro), aquellos de los años 40 y 50, en parte puede ser porque se sitúa a finales de los 50, nos trasladan a la Barcelona del momento y estoy seguro de que quien viva o haya vivido en esa ciudad, puede encontrar rastros en las viñetas de paisajes conocidos, pues algunos están aún presentes y de otros quedan recuerdos en la memoria colectiva.
Muy bien recreado el entorno de trabajo de los dibujantes, la redacción, los bares en los que tomaban sus tentempiés, incluso los domicilios particulares, donde completaban el trabajo que no habían tenido tiempo de acabar en la editorial. Asistimos a los momentos de nerviosismo en las redacciones por las pruebas a enviar a la censura, las discusiones con los jefes, los apremios para que acaben cuanto antes las historietas que han de salir en el próximo número; también a las bromas, a los comentarios sobre los compañeros, el momento sociopolítico o la situación familiar de cada cual. El relato está salpicado de anécdotas reales, como las relativas a la vida de Vázquez, un tipo con una peculiar manera de ser, todo un trapisondista profesional, algunas de cuyas situaciones mejoran (por increíbles) cualquier guión de historieta.
Una auténtica delicia para cualquier aficionado a la historieta, pero particularmente para quienes crecimos con las creadas por los autores que desfilan por el libro y que traen de nuevo a nuestra memoria a La familia Cebolleta, El Capitán Trueno, Agamenón, 13, Rue del Percebe , Sir Tim O’Theo, Doña Urraca, Rigoberto Picaporte, Pascual, criado leal, Carioco, El reporter Tribulete, Carpanta y tantos y tantos otros. La escuela Bruguera sigue siendo un referente para muchos de nosotros que tenemos una deuda impagable para quien durante nuestra infancia y juventud formó parte tan importante de nuestro aprendizaje, pues aunque colecciones como Joyas Literarias Juveniles hayan tenido reconocimiento desde que nacieron, para las historietas de El Jabato, El Capitán Trueno, Hazañas Bélicas o las que aparecían en revistas como Pulgarcito, DDT, Can Can, Tío Vivo, Pumby o TBO, el reconocimiento como algo más que una tira de viñetas, llegó mucho después, menos por aquellos que las leíamos y disfrutábamos, pues ya nuestras mentes de niños percibían la inteligencia de sus guiones y la calidad de lo que teníamos entre manos.
Muy buenos los dibujos, pero además, quiero hacer especial mención al trabajo de documentación que ha hecho el autor para poder reproducir lo más fielmente posible el entorno en el que se desarrolla la acción, es una delicia recorrer con la vista los recovecos de cada viñeta y descubrir en algunas de ellas detalles que nos hacen apreciar y agradecer, hasta qué punto ha sacado provecho de la documentación gráfica de la época que ha manejado.
Magnífico homenaje de Paco Roca a algunos de los historietistas que pusieron una sonrisa sobre la mordaza de aquella España pacata y triste, que nos trasladaban cada semana a un mundo maravilloso que, en ocasiones, era aquel en el que vivíamos adornado con una pizca de humor y con sus dibujos y chistes geniales. Un pequeño homenaje, aunque no se escape una crítica ácida, a aquella editorial Bruguera que, como dice Paco Roca en su libro, en nuestra imaginación era algo tan maravilloso como la fábrica de chocolate de Willy Wonka.

La reseña fue publicada en su día en HISLIBRIS






lunes, 20 de enero de 2014

EVA PERÓN

La película narra el último año de vida de Eva Duarte (Esther Goris), desde el inicio de la campaña que la postula como vicepresidenta del país junto a su marido Juan Domingo Perón (Víctor Laplace) como presidente, hasta su fallecimiento el 26 de julio de 1952.
Mezcla la narración en tiempo real con diversos flashbacks que nos traen pasajes del pasado de la primera dama argentina, el primero de ellos nos muestra a Juana Ibarguren (Cristina Banegas) con sus cinco hijos, yendo a Chivilcoy para despedirse de Juan Duarte, el padre de Eva. Allí son humillados por las hijas legítimas del difunto, aunque finalmente les conceden unos minutos a solas con el cadaver.
El film recrea con bastante verismo los acontecimientos que rodearon aquel año, las dificultades de Eva para ser nombrada candidata a la vicepresidencia, pues aunque es apoya por el sindicato peronista, los militares no la quieren ni en pintura; su enfermedad, el deterioro inmmediato de su salud; los últimos días, posteriores a la victoria de Perón en las elecciones y su fallecimiento, con las muestras de dolor que despierta entre la clase trabajadora de país andino.
Además, asistimos a los preparativos y desenlace del intento de golpe de estado del general Menéndez; las labores de Eva Duarte en la fundación que lleva su nombre, las reacciones a la famosa concentración en la la Avenida del 9 de Julio, cuando José Espejo (Leandro Regúnaga), secretario de la CGT, reclama desde los microfónos del balcón la presencia de la Primera Dama diciendo: "En nombre de la CGT y del consejo Superior del Partido Peronista, proclamo la fórmula Perón-Eva Perón para la Presidencia y la Vicepresidencia de la República".


Él film de Juan Carlos Desanzo contó con un bajo presupuesto, pero como película histórica tiene bastante más valor que otras que se han hecho sobre este personaje crucial en la historia reciente de Argentina.
La interpretación de Esther Goris, no está mal, aunque yo diferenciaría la parte en la que representa a Evita ya enferma y los discursos públicos, escenas en las que da bastante bien el tipo; sin embargo, en aquellas previas a la enfermedad y cuando está hablando en privado o dirigiéndose a un pequeño auditorio, su personaje no está tan conseguido, pues en algunas de estas, sigue manteniendo el tono crispado y grandilocuente que, al parecer, no era el que empleaba en tales circunstancias.
En general, película entretenida que nos permite acercarnos con bastante realismo a lo que fue y representó para su país la figura está mujer, cuya memoria sigue viva,  y que aún después de tanto tiempo, sigue levantando pasiones entre los argentinos.





sábado, 18 de enero de 2014

¿POLÍTICOS CULPABLES?

Al parecer el dedo acusador les apunta y no es que lo digamos los ciudadanos (que también), JP Morgan ha estado paseando a algunos de sus clientes por nuestra España, y no sólo ellos, una veintena de fondos de inversión de Australia, EE UU y norte de Europa eran convocados por Chevreaux (el bróker participado por Credit Agricole), para escuhar al jefe de la Oficina Económica de Presidencia española, y todos ellos han quedado gratamente sorprendidos por dos cuestiones: la reducción de los costes laborales unitarios y la rápida consecución de balanza por cuenta corriente positiva de la economía, que está facilitando, a su vez, una menor dependencia de la liquidez del Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo se mostraron preocupados por la lentitud de la reforma financiera, la resistencia a reducir el tamaño de lo público y el marco energético cambiante, que genera inseguridad jurídica.
“¿Cómo es posible que no haya consenso para nada entre la clase política?”, se preguntaban los clientes de JP Morgan. La sociedad y la empresa están haciendo sus deberes, pero los políticos son un desastre total. Los del Gobierno y los que no son del Gobierno. Y añaden, con sonrojante pero meridiana claridad: “Varias regiones tiran por su lado y parecen no darse cuenta del mensaje tan malo que lanzan al extranjero. Este sería un momento muy bueno para diferenciarse de Italia y no se está haciendo".
Reconocen y alaban el esfuerzo social: “la sociedad ha aceptado que tocan salarios más bajos, lo que permite a las empresas ser competitivas dentro. Pero además, las compañías han salido a competir duramente al exterior.” La inversión de la curva de la balanza por cuenta corriente en apenas tres años “es un proceso más intenso que el que puedan haber tenido las devaluaciones de Solchaga”, comentaban los expertos.
La sofisticada banca de inversión reconoce el esfuerzo de la sociedad y la dolorosa incompetencia de una clase política que es ya el principal obstáculo para la recuperación económica. Hace tiempo que la sociedad señala a los políticos como el gran mal del momento en los muestreos sociológicos. Pero que lo hagan los bancos de inversión no tiene precedente en España.
Según esto, si los inversores no se deciden a entrar en España, no es culpa de la crisis, sino de los políticos.
 
 
 

viernes, 17 de enero de 2014

BRAVEHEART

A finales del siglo XIII, la princesa Margaret de Escocia, muere inesperadamente, dejando el trono vacante, lo que ocasiona una serie de luchas por la sucesión, en las que los nobles combaten entre sí y también contra el rey de Inglaterra, Eduardo I (Patrick McGoohan), que aspira a ampliar sus dominios y a someter las tierras del norte de la isla.
Longshanks (piernas largas), o sea el mencionado Eduardo I, cita a los nobles escoceses a un encuentro sin armas para negociar, pero no es más que una añagaza para pillarles desprevenidos y ahorcarlos en un granero. El resto de los clanes se levantan en armas, entre ellos Malcolm Wallace (Sean Lawlor), un propietario de tierras que acabará muerto junto con su hijo mayor, mientras el pequeño, William Wallace (Mel Gibson), es recogido por su tío con quien pasará el resto de su infancia y juventud.
Cuando William regresa a sus tierras, sólo quiere vivir en paz, sin mezclarse en las luchas. Se casa en secreto con Murron (Catherine McCormack) para evitar que el señor feudal, ejerza el derecho de primae noctis (el derecho de pernada). Sin embargo, Murron sufre un intento de violación y cuando se defiende hiere a uno de los guardias, por lo que el señor, la degüella. William comienza su lucha contra el invasor inglés en la que será seguido por miles de sus compatriotas escoceses.

 
El guión elabora una reconstrucción, en gran parte ficticia, de lo que pudo ser la vida del héroe escocés por excelencia. La realidad histórica es que se sabe bien poco de William Wallace, fuera de las acciones guerreras, sobre todo la derrota que infligió a las tropas inglesas en la famosa batalla del Puente de Stirlingn y de su detención y posterior ejecución acusado de traición contra su soberano, tras haber sido traicionado.

 
Desde el punto de vista de la recreación histórica, el film se toma muchas libertades y traslada muchas de las cosas que cuenta de una época a otra, según convenga, incluso se inventa la historia de amor entre Wallace y la princesa de Gales, interpretada por Sophie Marceau, que pone el contrapunto romántico a una película que basa gran parte de su interés como film en las escenas de acción.

 
Una vez hechas estas salvedades (y dejadas otras en el tintero), hablaremos de la peli como tal, con su magnífica banda sonora, su espléndida fotografía y una ambientación creible y muy elaborada. Lo cierto es que el film contó con muchos medios para su rodaje, entre otros la posibilidad de recurrir a una ingente cantidad de extras que dan mucho verismo a las escenas de combate, de lo mejor de la película.

 
Actuaciones correctas, con algunos secundarios que destacan y un guión bien trabajado que creo que proporciona una base sólida al film. Gibson, que protagoniza y dirige la película, sabe salir airoso como realizador, sacando partido a la historia y mezclando correctamente las diferentes oportunidades que le concede el guión, con sus dos historias románticas de fondo (los dos amores del Wallace), la épica que centra el interés del film, las gotas de humor, bien dosificadas y efectivas y la tragedia que envuelve el desarrollo de toda la trama.

 
Quizá algunos la encuentren truculenta y que hecha mano de recursos tramposos para quedarse con el espectador. Es posible, sin embargo creo que Gibson, en general lo hace bastante bien.
Como curiosidad, apuntar que si a alguien le parece excesivamente cruda y realista en las escenas de pelea, con sangre de por medio y algún que otro plano muy explícito, lo cierto es que la primera copia lo era mucho más y que en muchas de las escenas, las partes más cruentas se sacaron de plano, como en la muerte del protagonista, en la que los detalles de la tortura a que se le somete, se rodaron con más detalle del que se muestra.

 
En cualquier caso, a mí me parece uno de los mejores films épicos que se han rodado, con majestuosas escenas de batalla, contadas con mucho detalle, con algunos movimientos de cámara realmente muy interesantes que llevan a pensar que es cierto lo que se ha escrito sobre que Gibson se documentó bien acudiendo a los grandes maestros del cine clásico para sacarle buen partido a estas escenas que, realmente, harán las delicias del aficionado, son muy buenas.