jueves, 31 de julio de 2014

HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN RUSA (LEÓN TROTSKY)




Escrita en ruso en el destierro de Trotsky en la isla de Prinkipo, mar de Mármara, entre 1929 y el 29 de junio de 1932, algunos la consideran como el trabajo más serio y riguroso jamás escrito sobre este evento que cambió la historia de la humanidad.
Participante directo en muchos de los acontecimientos, Trotsky hace un exhaustivo análisis de los hechos que rodearon el trascendental acontecimiento.
Publicada en dos volúmenes, el primero se centra en la revolución democrático-burguesa de febrero de 1917 que derrocó a la anacrónica dinastía de los Romanov, mientras que el segundo describe las circunstancias que en octubre del mismo año permitieron la toma del poder a obreros y campesinos, bajo la dirección de Lenin y los bolcheviques, implantándose la dictadura del proletariado y la concentración de todo el poder en los soviets.
Es cierto que algunos pasajes pueden resultar algo tediosos, sobre todo cuando nos habla de las tensiones que había entre mencheviques y bolcheviques y otras organizaciones del momento, porque Trotsky recurre con frecuencia a los entrecomillados en los que refleja opiniones y citas de discursos de los principales actores en el convulso desarrollo de los hechos, pero no deja de ser menos cierto que supone una apreciable lección de historia por un personaje que los vivió tan de cerca. En el primer volumen, por ejemplo, se nos habla de situaciones, no por conocidas, menos interesantes que se refieren a los últimos tiempos del zarismo, con la extraña relación de la zarina con personajes como Rasputín o la Wirubova, una peculiar camarera de palacio. También sobre la personalidad de Nicolás II, un hombre de poco carácter, pero a la vez cruel, que vivía aislado de la sociedad y sus problemas y que hasta los últimos momentos de la debacle no fue, o no quiso ser, consciente de la realidad en la que estaba circunscrita su vida.
De cualquier forma y sin negar sus cualidades históricas, pienso que el verdadero atractivo de la obra está en la forma en que Tortsky nos narra los acontecimientos, sabiendo atrapar la atención del lector cuando nos traslada los levantamientos obreros y las luchas intestinas que condujeron al triunfo definitivo de la revolución bolchevique.
 
 
 

miércoles, 30 de julio de 2014

EL DESAFÍO FROST CONTRA NIXON




En 1977, habían transcurrido ya tres años desde que el presidente Richard Milhous Nixon (Frank Langella) dimitiera de su cargo merced a su implicación en el llamado Escándalo Watergate. Tras haber sufrido un ataque agudo de flebitis, el expresidente se recupera y, no sólo eso, sino que se siente con fuerzas para volver al primer plano de la vida pública de la que está apartado desde su dimisión.
Como primer paso, su equipo reconsidera la solicitud que tiempo atrás les hizó llegar un periodista televisivo llamado David Frost (Michael Sheen) y a la que ni siquiera se dignaron contestar. Ahora se ponen en contacto con él y negocian la posibilidad de una entrevista entre Nixon y Frost. El expresidente cobrará por ella 600.000 dólares y no habrá condiciones previas en cuanto al contenido de la misma, más allá de que durará el equivalente a cuatro sesiones de dos horas y que en cada una de ellas se tratará un aspecto del mandato presidencial de Nixon, quedando reservada la última para el caso Wategate.
Los asesores del presidente consideran a Frost como un showman, sin nivel, ni prestigio para poder arrinconar a Nixon y ven en la entrevista la posibilidad de comenzar una especie de redención pública del antiguo mandatario que le permita reintegrarse a la vida pública, incluso los propios miembros del equipo del que se ha rodeado Frost para que le ayuden en su tarea, dudan de la capacidad de su jefe. El rodaje comienza y se pone en marcha una de las batallas más memorables del periodismo moderno.



El guión de Peter Morgan, se basa en la obra teatral que él mismo había escrito y que se representó con gran éxito en Londres y Broadway, siendo nominada a todos los grandes premios teatrales, de entre los cuales, Frank Langella se había llevado el Tony al mejor actor.
El realizador Ron Howard, exigió y consiguió que los dos protagonistas de la obra teatral (Langella y Sheen), interpretaran sus respectivos papeles en el film.


A pesar de que la carrera de Ron Howard tampoco es que sea para tirar cohetes, aquí consigue firmar un gran trabajo basado principalmente en la solidez del guión y en la excelente labor de los actores, con unos secundarios de lujo (Kevin Bacon, Rebecca Hall o Matthew Macfadyen, entre otros) y los dos protagonistas, con un Frank Langella sencillamente espléndido.
Merced, pienso yo, a un buen trabajo de montaje, la película mantiene un buen ritmo narrativo en el que va intercalando los aspectos de la propia entrevista y las tensiones del equipo para conseguir financiación, por un lado y las tremendas dudas que les plantea la capacidad de su jefe para conseguir llevar a Nixon por el camino que pretende y no al contrario.


¿Cómo es posible que de un tema tan poco llamativo como puede ser una entrevista televisiva se pueda sacar una película que resulte atractiva para el espectador? Pues haciendo algo como lo que han hecho Morgan y Howard. Si a cualquiera de nosotros nos dijeran antes de ver un film como este y sabiendo de qué va, que podríamos quedar, como mínimo, satisfechos de lo que hemos visto, seguramente tendríamos un mar de dudas de que así fuera. Sin embargo, el film consigue recrear perfectamente toda la tensión interna que generó la entrevista y las dudas de Frost y de sus compañeros sobre cómo abordar a Nixon, para acabar haciendo toda una reflexión sobre las artimañas de los políticos para salir indemnes de sus errores y la capacidad de autoconvencimiento que tienen ellos y sus más cercanos colaboradores de que todo lo que han hecho ha sido por el bien común.
Una película que debería suponer todo un estímulo para quienes deseen seguir la profesión periodística, tan en horas bajas hoy, por desprestigio y por la situación económica que atraviesa el sector; toda una lección de lo que debería ser el periodismo en nuestra sociedad, el desenmascaramiento de corruptos y estafadores y el empeño en descubrirles, arrinconarles y conseguir su caída. Como dicen en el pasaje final del film, conseguir aquel primer plano del rostro de Nixon en el que quedaba en evidencia su mentira, valió todos los esfuerzos previos. Por eso, desde la perspectiva actual, es digno de admiración el trabajo de Frost y de respeto la actitud de Nixon (aún con todas la cosas que hizo) que, aunque fuera a cambio de dinero y de buscar el relanzamiento de su carrera, no se escondió tras una pantalla de plasma.

 
 
 

martes, 29 de julio de 2014

EL GRAN PODER DEL CHNINKEL

En un mundo en el que en cada convergencia de los soles, los ejércitos de los Tres Inmortales se enfrentan en una guerra cuyo origen nadie recuerda, en la que no hay vencedores, unicamente vencidos, cuyos cadáveres quedan abandonados a las fauces de sierra de los sheersnecks bicéfalos, J’on un pequeño chninkel, logra sobrevivir milagrosamente. El Amo y Creador de los mundos, se le aparece y J'on recibe el encargo divino de poner fin a esa guerra eterna. El pequeño chninkel, que en el fondo solo quiere vivir en paz, se verá envuelto en una misión que no ha buscado, convirtiéndose en El Elegido, al que su atormentado pueblo ha esperado durante generaciones. En su nuevo cometido, contará con la ayuda inestimable y la lealtad hasta más allá de lo esperado de Bom-Bom (un gigantesco simio) y G'wel, una joven perteneneciente a una tribu de chninkels libres.
El guionista, Jean Van Hamme, construye una historia que, sobre todo, pretende entretener al potencial lector, pero a medida que uno avanza por las páginas del libro, se encuentra con mucho más que la recreación de un mundo fantástico y asistimos a una parábola en la que nos es fácil identificar pasajes enteros del Antiguo, pero sobre todo, del Nuevo Testamento y también otras referencias literarias y mitológicas.
Con un guión aparentemente sencillo, Van Hamme trasciende las meras convenciones del género fantástico en el que suele primar la aventura por sí misma, para abordar sin ninguna ampulosidad, pero con humor y originalidad temas más trascendentales como el origen del universo y, más concretamente el de la humanidad y el porqué de su supremacía sobre el resto de los seres.
Los dibujos de la historieta son del polaco Grzegorz Rosinski, que prescinde del color, para demostrar que domina con absoluta soltura el blanco y negro, a base de la mezcla, incluso dentro de la misma viñeta, de trazos sencillos, en ocasiones poco más que esquemáticos, con otros más detallistas y, en ocasiones, no exentos de cierto barroquismo,  pero, en cualquier caso, de gran vigor y belleza plástica.
Magníficamente planificada, la historia sigue el esquema clásico: introducción, nudo y desenlace; pero eso que puede parecer fácil, no lo es tanto a la hora de conseguir mantener la atención del lector, algo que el escritor belga consigue desde el inicio al final de la obra.
 
 
 


lunes, 28 de julio de 2014

W.

El gabinete del presidente George Walker Bush (Josh Brolin) se encuentra reunido en la Casa Blanca, sumergido en una profunda discusión sobre la manera de replicar a quienes han atacado a su país. Colin Powell (Jeffrey Wright), Condoleezza Rice (Thandie Newton), Donald Rumsfeld (Scott Glenn), Dick Cheney (Richard Dreyfuss)..., van exponiendo sus opiniones, centrándose el debate en si deben o no atacar Irán o Irak y las consecuencias que esto podría acarrear.
La mayoría de ellos, excepto alguna reticencia de Powell, que al final tampoco se opone, son partidarios de una intervención armada en Irak, ya que sostienen que el régimen de Saddam Hussein, tiene en su poder armas de destrucción masiva de las que puede hacer uso contra occidente. Sin embargo, las inspecciones internacionales son incapaces de encontrar tales armas, por lo que, incluso países occidentales aliados tradicionales de EE.UU., como Francia o Alemania, muestran su oposición a una intervención armada, quedándose Bush solo con el único apoyo, obtenido a regañadientes, del premier británico Tony Blair (Ioan Gruffudd). El 20 de marzo de 2003 se inicia la guerra; la victoria es proclamada el 1 de mayo siguiente, pero las armas de destrucción masiva nunca aparecieron (nunca existieron) y los americanos han tenido que quedarse allí para supervisar la frágil paz, sometidos al continuo hostigamiento de la resistencia iraquí.


Estructurada a base de flashbacks en los que Stone nos va presentando su particular visión de la biografía de George Bush, que nos presenta, desde sus tiempos de universitario, como un tipo borrachín, con cierto aire de ingenuidad y simplismo y una tortuosa relación con su padre. Insisto en lo de particular visión, porque el realizador va dando importancia a lo que se supone que hacía Bush, según le interese remarcar tales o cuales aspectos, por ejemplo, da la impresión de que llega a la Casa Blanca, prácticamente surgiendo de la nada, como si su anterior carrera política no hubiera existido.
Lo mejor del film son las actuaciones, en general de gran nivel y un trabajo de caracterización espléndido, logrando que algunos de los actores sean casi, un calco físico de los personajes reales.


Una indagación en la vida privada del expresidente norteamericano, en la que quedan patentes las filias y fobias de Oliver Stone, que tampoco es que aproveche la situación para cebarse en él, todo hay que decirlo, pero cuyo resultado final deja bastante que desear y que se hace un poco larga para lo que cuenta, menos mal que de vez en cuando, disfrutamos de algún corte musical que nos la hace más llevadera.

 
 
 

sábado, 26 de julio de 2014

NARRATIVA BREVE (LEÓN TOLSTOI)

El maestro ruso, famoso por obras como Ana Karenina o Guerra y Paz, es autor de un buen número de cuentos y otros relatos de notable calidad, algunos de los cuales han sido reseñados aquí de manera individual.
En muchos de ellos se refleja esa perpetua contradicción interna entre un temperamento individualista y apasionado y los anhelos de reforma moral que le llevaron a practicar un cristianismo extremo, opuesto a toda autoridad religiosa o política.
También su preocupación por la decandencia moral; por la situación de los pobres, encadenados de por vida a una situación económica de la que no pueden escapar; por la pedagogía y la educación de los niños campesinos que le llevaron a plantear ideas adelantadas a su tiempo y precursoras de las tendencias pedagógicas modernas.
Algunas de las narraciones están basadas en sus experiencias en el ejército y cuentan las cosas sencillas de los soldados, su pobre condición, la manera de ingeniárselas para sobrevir con los escasos recursos que el ejército pone a su dispoción, la camaradería...
El legado de Tolstoi sigue manteniendo una vigencia asombrosa y el autor sigue ocupando un lugar de privilegio. La humanidad de sus personajes, la profundidad de sus dramas, el cuadro de todo un pueblo y la acabada composicion de sus textos, hacen de su obra un material inagotable para los lectores contemporáneos.
 
 
 

viernes, 25 de julio de 2014

HUNGER

Irlanda del Norte, 1981. En la Prisión de Maze, los presos del IRA y otras organizaciones paramilitares llevan cinco años de la llamada Protesta Sucia como contestación a las medidas del gobierno de Margaret Thatcher, que había retirado el estatus de categoría especial a los paramilitares convictos. Durante la protesta, los presos se niegan a llevar las ropas que les ofrecen y permanecen desnudos, con tan sólo una manta como abrigo; además se niegan a asearse, embadurnan con excrementos las paredes de las celdas y se las arreglan para que los orines vayan a parar a los pasillos de las galerías.
En 1980, siete presos habían participado en una huelga de hambre que finalizó tras 53 días, según ellos fueron engañados con falsas promesas por el gobierno británico. Ahora, los presos van a iniciar una nueva huelga de hambre, pero en esta ocasión, quienes se han ofrecido voluntarios para participar, se irán incorporando a la misma de manera paulatina conforme a unos intervalos preestablecidos, con el propósito de atraer la máxima atención pública y ejercer mayor presión sobre la primera ministra.
el 1 de marzo de 1981, Bobby Sands (Michael Fassbender), uno de los líderes de los presos, rechaza la comida. La huelga ha comenzado.


El debut como realizador en un film de gran formato del británico Steve McQueen (12 Años de esclavitud), un autor multifacético que ha experimentado en variados campos del arte (cortometrajes, escultura, fotografía...) Reconocido por la crítica como un gran trabajo, independientemente de la apreciación moral o de la lectura política que se pueda sacar del mismo.


No es fácil hacer un trabajo sobre un tema controvertido sin levantar polvaredas alrededor que nada o poco tienen que ver con el trabajo que el artista pretende hacer. Por eso siempre es un riesgo elegir asuntos de este tipo para exponerlos a la consideración del público.
McQueen nos acerca a uno de los más llamativos episodios de un tema tan sensible para la opinión pública y no digamos la británica, como es el conflicto norirlandés. Uno de sus momentos más álgidos, con el pulso que los presos y la Dama de Hierro estuvieron manteniendo durante años y que aquí se concreta en unos cuantos días, poco más de los que dura la huelga de hambre de Bobby Sands, un mártir para unos, un suicida para otros, en palabras de Margaret Thatcher, cuya voz en off aparece en algunos pasajes del film, Sands eligió el camino de acabar con su vida, una opción que no se les dio a las víctimas de los atentados del IRA.


La película es dura por realista, no huye de mostrar las cosas tal como fueron, precisamente esto, aunque parezca mentira, es lo que la hace aséptica a la hora de tomar partido, algo que se deja en manos del espectador si es que desea inclinarse a un lado u otro. Creo que el realizador y coguionista, sortea con habilidad los posibles mensajes maniqueos y se limita a contar lo que ocurría en la Prisión de Maze: La rebeldía de los presos, convencidos de que la causa por la que se ven internados es justa y de que lo son las reivindicaciones que plantean y la tensión en la que viven los carceleros, atrapados en una guerra entre un gobierno y un grupo paramilitar, en el que los presidiarios se niegan a colaborar desatando todo tipo de tensiones y obligando a los guardianes a someterles por la fuerza incluso para que se dejen asear.


McQueen plantea un film que a nadie deja indiferente, no sólo por su temática, sino por su estructura y su calidad artística (ojo, no digo buena o mala calidad). Una primera parte en la que de la mano del oficial de prisiones Raymond Lohan (Stuart Graham) y de un recluso recién llegado, Davey Gillen (Brian Milligan), se nos introduce en el conflicto carcelario; segunda parte que es básicamente una larga escena (20 minutos más o menos), buena parte de la cual es un plano fijo, en la que asistimos a la entrevista entre el padre Moran (Liam Cunningham) y Bobby Sands que se convierte en el alegato de éste mediante el que justifica la acción que va a emprender y que, con toda probabilidad, le costará la vida, pero también a quienes le secunden; la tercera parte es la narración del progresivo deterioro físico de Sands hasta su muerte.
La parte central, la entrevista del sacerdote y el activista político, es un largo diálogo ininterrumpido que contrasta con los otros dos segmentos del film, casi sin palabras, tan del gusto de un admirador de Buster Keaton como es McQueen y con escenas en las que queda reflejado ese afán minimalista del realizador británico. Son paradigmáticas de esto último, la larga escena en la que el preso trata de atrapar un insecto introduciendo sus dedos entre el alambre de la ventana; o cuando el espectador presencia como un funcionario de prisiones friega un pasillo de no menos de 30 metros, lleno de orines de los presos, a tiempo real.
Ambas escenas, como otras muchas de la película son todo un símbolo de los dos mundos que se enfrentan en el film, el preso que, por razones obvias, no puede escapar, y el carcelero que está no menos atrapado que aquel.
Película que no gustará a todos, con una propuesta diferente de hacer cine, que se sale de lo convencional y que, a mi particular entender, sale con bien del espinoso asunto central, sin verse salpicada por lo que podría ser una toma de opinión descarada, aunque, evidentemente, la asepsia absoluta es imposible.




jueves, 24 de julio de 2014

TRES MUERTES

Relato tan breve como interesante de León Tolstoi, en el que el maestro ruso, nos da una auténtica lección de cómo en pocas páginas se puede hacer toda una reflexión alrededor de las distintas maneras de afrontar la muerte, ese paso tan trascental en el devenir humano que despierta miedos e inquietudes por lo que tiene de desconocido e irreversible.
Tolstoi nos plantea el caso de dos personas socialmente muy alejadas, una dama, María Dmitrievna, a la que se supone buena posición social, ella y su familia, buscan desesperadamente la manera de prorrogar su vida, algo que se antoja poco menos que imposible. En su viaje hacia el sur, tras un clima más propicio a su estado de salud, el médico que les acompaña advierte que la enferma difícilmente llegará a Moscú, cuanto menos a Italia, lugar al que se encamina la expedición.
Por otro lado, está el caso del tío Fedor, un antiguo cochero, poco menos que arrojado en un rincón de la casa de postas a la que ha llegado el carruaje de la señora moribunda. Fedor es viejo y se muere, pero él no tiene nada que le aferre a este mundo, su muerte es esperada como algo natural, un acontecimiento que ha de suceder inexorablemente y en el que el pobre viejo, no tiene inconveniente en participar de manera anticipada, entregándole sus botas a uno de los jóvenes postillones que se las pide; total, no van a servirle de mucho.
En el primer caso impera la sobrevaloración de la vida desde la visión del moribundo y sus seres allegados, los últimos momentos de María Dmtrievna están rodeados de ese oscurantismo con el que escondemos la muerte en nuestra sociedad, la enferma viaja en coche aparte, con su doncella, el cuarto en el que está en los momentos postreros, apenas está iluminado y no quieren que la visiten sus hijos. En el segundo caso la tensión es mucho menor, se da por hecho, desde el enfermo y las personas de su entorno, que la muerte es inevitable e incluso se puede llegar a actuar como si ya hubiera sucedido; alrededor de Fedor la vida sigue tal cual, su jergón está en un rincón de una especie de sala común en la que entra y sale gente que habla de sus cosas, incluso de la cercana muerte del anciano, sin que nadie vea nada extraño en ello, ni sienta la necesidad de ocultar lo que está ocurriendo.
El tercer caso es el más complejo, pues es casi imposible reconocer mecanismos de preparación o de tensión previa, de hecho alguien poco avisado podría estarse preguntando al acabar el relato cuál es la tercera muerte, de no ser porque el autor lo indica explícitamente. Tolstoi hace caminar hacia el bosque al joven Serioga, a quien Fedor había entregado sus botas, dispuesto a talar un árbol para hacer una cruz y cumplir la promesa que le había hecho al viejo de adornar su sepultura; el escritor está hablándonos de otra cuestión, cual es que gran parte de la vida, incluyendo los rituales funerarios, implican destruir elementos de la naturaleza: El árbol cae muerto en medio de un bosque que sigue lleno de vida.



miércoles, 23 de julio de 2014

MI NOMBRE ES HARVEY MILK

Harvey Milk (Sean Penn) es un antiguo oficial de la Marina de los EE.UU., que participó en la Guerra de Corea y que en la vida civil ha desempañado diversos trabajos, siempre en su Nueva York natal.
Aunque desde muy joven aceptó su condición de homosexual, ha procurado mantener en secreto su tendencia sexual, temiendo que pueda tener consecuencias en su vida profesional.
Sin embargo, recién cumplidos los 40 años, Milk reflexiona sobre su situación y se da cuenta de que no ha hecho nada de lo que deseaba, entre otras cosas, vivir su sexualidad abiertamente y sin necesidad de esconderse, así que propone a su nuevo novio, Scott Smith (James Franco), al que acaba de conocer, que le acompañe a San Francisco, donde proyecta iniciar una nueva vida.
Se instalan en un apartamento del Castro, un barrio tradicionalmente ocupado por familias católicas de origen irlandés, pero al que últimamente están llegando algunos miembros del colectivo gay.
Como quiera que el dinero empieza a agotarse, Milk, tipo inquieto y con buen ojo para los negocios, decide alquilar el local que hay en los bajos del edificio donde viven, para abrir allí una tienda de fotografía. Al mismo tiempo, Milk comienza a relacionarse con otra gente del mundo homosexual y a promover acciones en pro de sus derechos, por lo que Castro Camera, como se denomina su establecimiento, pronto comienza a recibir visitas de personas que colaborar con Harvey, o de otras que buscan ayuda y apoyo.


El guión del film, narra la vida de Harvey Milk, centrándose principalmente en la etapa transcurrida en San Francisco, desde su llegada en 1972, hasta su asesinato el 27 de noviembre de 1978.
A modo de presentación, vivimos su encuentro en el metro de Nueva York con quien se convierte en su amante y su compañero en el viaje y en los primeros años de su estancia en la ciudad del Pacífico.


En general, toda la película se ajusta a los hechos que nos narran las biografías sobre este hombre. Desde su evolución personal, primero escondiendo su homosexualidad a su entorno laboral, salir del armario y dedicarse de lleno al activismo por los derechos civiles del colectivo gay; hasta su actividad política que le llevó a ser el primer norteamericano declaradamente homosexual que ocupó un puesto de relevancia política.
Pero otros aspectos de esa trayectoria, también están retratados de manera fidedigna: la evolución a la hora de abordar las sucesivas campañas electorales que le acabarían llevando al ayuntamiento de San Francisco; su trayectoria vital en la vida privada, con sus cambios de pareja y las influencias que estas tuvieron en él; o la manera en que Milk se convirtió en el referente por antonomasia de la sociedad gay de San Francisco.


El trabajo de dirección de Gus Van Sant, me ha parecido bastante bueno, necesita de bien poco para perfilar perfectamente a cada uno de los protagonistas, de manera que, desde la aparición de cada uno de ellos, nos queda claro cómo son y de qué van.
Además, el trabajo de montaje es encomiable, pues a lo largo del film hay bastantes secuencias en las que se utilizan imágenes de archivo y el resultado de la mixtura resulta muy bueno.
Me ha gustado también la banda sonora, que mezcla composiciones de óperas clásicas, con los temas escritos para el film por un compositor que no necesita presentación: Danny Elfman, colaborador habitual de Tim Burton y autor de sintonías televisivas tan conocidas como Los Simpson o Mujeres desesperadas. Es cierto que este es uno de sus trabajos más contenidos, pero en el que no renuncia a alguna de sus señas de identidad, como el uso de coros.


En cuanto a los actores, todos ellos están muy bien, realmente es de esos films en los que se nota que la implicación de la gente ha ido más allá de lo que se espera de un profesional, vamos que la historia les ha atrapado.
Ni que decir tiene que la labor de Sean Penn es majestuosa, sabe meterse en la piel del personaje y sacarle todo el jugo a su actuación, al tiempo, entrega lo mejor de sí mismo. Merecido Oscar al mejor actor.


El resultado final es el de un film correcto, que sabe guardar el equilibrio entre las actividades políticas y la actitud vital del protagonista, algo nada fácil, pues ambas facetas se solapan en ocasiones. Lo que ocurre es que la figura de este hombre es tan poderosa y significó tanto en su momento (y lo sigue siendo ahora mismo) que desborda lo que el film cuente o deje de contar, aunque hay que conceder a la película que sabe llevar bien la historia.
La película lo trata como una mezcla de héroe y de persona normal y corriente, pero todos sabemos que la muerte trágica, cuando a uno aún le queda vida por delante, hace que aparezca el mito y eso es una realidad a la que nadie puede oponerse aunque quiera.
La lucha por los derechos civiles de los homosexuales continúa, el tema central del film, por desgracia, no ha perdido vigencia. En occidente, aún hay frentes abiertos, ya que algunas cuestiones están en el filo entre el derecho objetivo y la moralidad y todavía nuestras avanzadas sociedades tienen un fuerte tinte de hipocresía. Ni que decir tiene que en muchos paises del llamado tercer mundo, entre ellos los gobernados por regímenes integristas, los gays son perseguidos por el hecho de serlo. Como dice el protagonista en uno de los diálogos, cuando su interlocutor ve su lucha como una simple (por decirlo de algún modo) reivindicación por la igualdad, Harvey le dice: "Nuestra lucha no es por la igualdad, es por la vida. Yo he tenido cuatro novios, tres de ellos se suicidaron, no pudieron soportar la presión de tener que esconderse, pues yo les pedía discrección en nuestra vida pública"
También tiene su carga de lección moral, esos speech de Milk sobre la igualdad de los hombres y esas cosas que tanto gustan en Norteamérica y a las que el film no puede sustraerse.
El ritmo narrativo está bastante conseguido y la película se hace amena, además me ha resultado muy interesante.




martes, 22 de julio de 2014

DOS HÚSARES

Los dos húsares a que se refiere el título de la novela son el conde Turbin padre e hijo, retratados con veinte años de diferencia.
El primero, llega a una ciudad de la que no se nos da el nombre en el primer cuarto del siglo XIX, cuando aún no había ferrocarriles y los caminos estaban cubiertos de polvo y barro. Este hombre, que vive sin preocupaciones, dedica su existencia a la buena vida, al juego y a las relaciones sociales. A pesar de su vida disipada, su carácter alegre y su porte llamativo, hacen que todo el mundo se rinda a sus encantos, aún cuando a menudo contrae deudas y se bate en duelos de honor.
En 1848, llega a la misma ciudad, al frente de su regimiento, el joven conde Turbin. Solamente pasará una noche en el lugar, tiempo más que suficiente para que los fantasmas del pasado le visiten, a él a quien le avergüenza la manera de ser disipada que tenía su padre. Varias personas del lugar le hacen saber que conocieron a su padre, incluso la dueña de la casa donde finalmente se aloja, que recuerda al viejo conde Turbin con añoranza.
Como siempre, la historia da pie a Tolstoi para regalarnos un prodigio de descripciones de la vida y el entorno de la Rusia provinciana de la época en este breve relato que se lee con placer y delectación.



lunes, 21 de julio de 2014

LAS HERMANAS BOLENA

El ambicioso Thomas Bolena (Mark Rylance), siempre ha pretendido sacar partido con el matrimonio de sus dos hijas: María (Scarlett Johansson) y Ana (Natalie Portman), la ocasión propicia se le presenta cuando su cuñado, el duque de Norfolk (David Morrissey), le comunica algo que sólo un círculo muy restringido de personas cercanas al rey Henry (Eric Bana), sabe: la reina Catalina (Ana Torrent), no podrá tener más hijos, por lo que no podrá dar al rey el heredero varón que él espera.
Norfolk y Thomas traman un plan que comenzará con motivo de la próxima visita de Henry VIII a las posesiones de los Bolena para una partida de caza, durante este tiempo, tratarán de que Ana llame la atención del monarca para que este se encapriche de ella y la tome como amante.
Sin embargo, un accidente en el que rey cae de su caballo, propicia que Henry se enamore de María, la otra hermana y, para tenerla cerca, hace que la familia se traslade a la corte londinense, donde ambas hermanas pasarán a formar parte del séquito de la reina como damas de compañía.
María queda embarazada y da a luz un niño, pero en los últimos tiempos, tras su regreso de la corte francesa, Ana ha logrado su propósito de seducir al rey.


El guión se basa en el best seller de Philippa Gregory "The Other Boleyn Girl", publicado en España como "La otra Bolena". Sobre dicho guión, el realizador (o quizá los productores), hace algunos cambios que pueden parecer nimios, pero son tan sustanciales que, en algún sentido, cambian un tanto el espíritu del mismo.


Creo que el guión se ajustaba más a lo que Philippa Gregory escribió y al mismo título de la película y la novela "La otra Bolena", reflexionando en torno al sufrimiento de María por el trato que sufría de Enrique y, sobre todo, de su propia familia.


El film plantea para los aficionados el atractivo del duelo interpretativo entre dos grandes actrices del panorama cinematográfico actual, no es fácil que en una película coincidan dos papeles femeninos con protagonismo. Creo que, aunque el papel de Portman parece tener más relevancia, el de Johansson tiene matices y, sobre todo, una evolución a lo largo del film que ella sabe reflejar. Mi opinión es que lo hacen bastante bien.


El papel de Enrique VIII, no deja de tener un valor secundario dentro del film, se nos presenta a un rey lejos del estereotipo que nos ha transmitido la historia, aquí es un tipo agraciado, y también se nos transmiten cambios en su carácter, es impensable, como deja ver la película, que Ana Bolena fuera la que hizo tomar las decisiones que tomó en relación a su primera esposa, más con lo que estas implicaban (enfrentamiento con la Iglesia y con España, entonces una potencia muy poderosa), eso sí, seguimos viendo a un tipo que gobierna a golpe de bragueta.


Magnífica la ambientación, de lo mejor del film, con un vestuario espléndido y localizaciones naturales para los exteriores, aprovechando castillos (entre ellos, el de Dover) y parajes varios de Inglaterra.
La fotografía hace un uso constante de imágenes veladas a través de cristales y tomas con celosías de por medio, lo que transmite al espectador la sensación de estar participando como testigo camuflado de lo que la pantalla nos muestra.


En definitiva, una reinvención de la historia real, ya que muchas cosas no sucedieron como se cuentan, técnica y estéticamente bastante buena, con interpretaciones adecuadas sobre la historia de un personaje (María), poco conocido y a la que también se dota de una personalidad inventada respecto a lo poco que nos cuentan los libros de historia.
Sin embargo creo que el realizador no sabe transmitir lo que realmente la haría diferencial sobre otros films que retratan esta época, y es la relación entre las dos hermanas que, en ocasiones se lleva a un segundo plano y le hace perder valor y protagonismo.




sábado, 19 de julio de 2014

EL PADRE SERGIO



El príncipe Stepan Kasatsky está predestinado a ser un gran hombre. Sin embargo, la víspera de su boda, descubre la relación de su novia con otro hombre, la condesa Mary Korotkova ha tenido amores con el Zar Nicolás I. Esto daña enormemente su orgullo y Stepan decide abandonar todo lo le que ata al mundo, cede sus derechos de herencia a su hermana e ingresa en un convento.
A pesar de su vida humilde, Kasatsky piensa que el orgullo le sigue dominando y, buscando una vida más ascética, se convierte en ermitaño. Pero no consigue que el mundo se olvide de él, porque cobra fama de hombre santo y milagroso y la Iglesia, pretendiendo sacar beneficios de la estima que le tiene la gente y de las limosnas que le entregan, le rodea de toda una parafernalia que molesta al padre Sergio, que acaba escapando del lugar donde vive, disfrazado de mujik, en busca de la auténtica verdad del ser humano.
Tolstoi retrata, como sólo él puede hacerlo, un problema básico de la condición humana, que transciende el ejemplo religioso que le ocupa, y se expande a todo el entramado de excesos, obsesiones, perfeccionismos y manías que no solo existían en su época sino que son extrapolables a cualquier otra.
De esta novela, el cine de la primera etapa de la URSS realizó una película en 1918. También en Francia en 1945 se realizo una película con guión de Pierre Laroche y dirigida por Lucien Ganier-Raymond.
 
 
 

viernes, 18 de julio de 2014

YIP MAN

La ciudad china de Foshan se convierte durante la década de los 30 del pasado siglo, en un centro de artes marciales. Los más afamados maestros del país se establecen en ella y abren sus escuelas al público. Entre estos maestros está Yip Man (Donnie Yen), aunque él no tiene escuela, está considerado como el mejor de todos, respetado por sus colegas y admirado por la gente en general, dedica su tiempo al entrenamiento y al estudio del Wing Chun, una variante del Kung Fu que, según la leyenda, fue desarrollado por una monja shaolin llamada Ng Mui.
A la ciudad llega una pandilla de matones que pretenden abrir su propia escuela. Para adquirir prestigio y conseguir seguidores, van desafiando y venciendo uno por uno, a todos los maestros de Foshan, hasta toparse con Yip Man, que no desea entrar en combate con ellos, pero el resto de los maestros le hacen ver que defenderá el honor de la ciudad si se enfrenta con los recién llegados, así lo hace, les vence y son expulsados del lugar.
En 1937, las tropas japonesas invaden China, detienen y matan a mucha gente y la hambruna, de la que no escapa el propio maestro, se apodera del país. Aunque es requerido para ello, Yip Man se niega a colaborar con los invasores.



El guión narra una parte de la vida del maestro chino de artes marciales Yip Man, su vida bastante regalada en su imponente mansión de Foshan, donde todo su tiempo está dedicado al estudio y al entrenamiento, con esporádicos combates para los que es requerido por otros maestros de artes marciales.
Su esposa se lamenta del poco tiempo que dedica al hijo de ambos, pero una serie de acontecimientos la hacen ver que, en cierto modo, su marido se debe a la comunidad que le ve como una especie de líder.


Bien ambientada, con unos espléndidos decorados, el film se centra, sobre todo, en la época de la invasión japonesa, desde 1937, hasta la firma del armisticio en 1945. Los japoneses son presentados como los nazis de oriente, unos déspotas asesinos que tienen sometida a la población.
Es muy interesante el papel del policía chino, el capitán Lei Chiu (Ka Tung Lam), que colabora con las nuevas autoridades japonesas, porque detrás tiene una familia (en el sentido chino de la familia de la época: padres, hermanos, suegros...) a la que ha de alimentar. Sin embargo tiene mala conciencia, él sabe que está obrando de manera cobarde y trata de ayudar a Yip Man en sus peores momentos, además de que va adquiriendo un odio cerval por los japoneses. No sé si se inspira en algún aspecto del propio Yip Man que, aunque la película no lo refleje, fue policía durante la ocupación japonesa y con posterioridad a ella.


Al mando de las tropas japonesas en la ciudad, está el general Miura (Hiroyuki Ikeuchi), que se dedica a organizar combates entre los maestros chinos y los soldados japoneses, a cambio de una pequeña cantidad de arroz.
El film es una alabanza a la resistencia de la población contra los invasores, su espíritu de sacrificio para superar las penurias, los valores de la familia y, sobre todo, las enseñanzas que trató de transmitir Yip Man a través de su arte: humildad, integridad, trabajo, fuerza de voluntad, dominio de la mente y del cuerpo...
Buenas actuaciones, con un Donnie Yen que sabe transmitir muy bien el carácter del maestro chino y que demuestra una gran forma física a la hora de recrear los combates.


La película se vendió relacionándola con Bruce Lee, bueno, esto es cuestión del marketing, ya saben, Lee fue un discípulo destacado de Yip Man, pero el film no va sobre él, sino sobre su maestro, su vida, sus enseñanzas y su ejemplo.
Un film de artes marciales distinto de lo que estamos acostumbrados a ver, este es para cualquier tipo de espectador, no sólo para los aficionados a las artes marciales, los combates, que están muy bien, huyen de las escenas mentirosas que nos enseñan otras películas de género, en las que parece que los combatientes viven en un mundo "Matrix", con saltos imposibles y levitaciones que no se cree nadie. Aquí todo es natural y verosímil, sin que por ello pierda espectacularidad; no se exceden en las luchas, que duran lo que tienen que durar, sin más, alejadas del barullo en que te meten otros films en los que acabas por no saber quién lucha contra quién, en esta, todo está claro y diáfano.
Además, detrás (o delante) de todo ello, hay un guión bien construido, una historia de lucha, sufrimiento, solidaridad y superación, que impregna de épica a toda la película.




jueves, 17 de julio de 2014

EL DIABLO (LEÓN TOLSTOI)

Estamos ante otro de los relatos emblemáticos de Tolstoi, donde se reflexiona sobre la imposibilidad de rebelarse contra la tentación.
Para el autor ruso, el sexo es lo irreductiblemente animal que tenemos los humanos. En ciertas circunstancias, como en "El diablo", los encuentros furtivos entre el terrateniente Yevgueni y una campesina adúltera, Stepanida, son disfrazados por señor bajo una pretendida necesidad de higiene sexual, con el que trata de ocultar su pecado, aunque no lo consigue.
El hábito saludable pronto se convertirá en un sino fatídico que determina la perdición de Yevgueni que, a pesar de ir consiguiendo los objetivos que se ha propuesto en la vida, no puede quitarse de la cabeza el sentimiento de culpa por unos encuentros furtivos que, en contra de sus intenciones por hacerlo, no puede abandonar.
La obra tiene la particularidad de haber sido publicada con posterioridad al fallecimiento del autor, hasta 1911 no fue puesta a disposición del público lector.



miércoles, 16 de julio de 2014

RESISTENCIA

En 1941, las tropas alemanas invaden Bielorrusia, comienza la represión contra la población judía. Los hermanos Zus (Liev Schreiber) y Asael Bielski (Jamie Bell), contemplan impotentes desde su escondite en el bosque, como los nazis y la policía que colabora con ellos, secuestran y matan en una operación de "limpieza" a la gente del pueblo que consideran sospechosa. Cuando pueden abandonar su refugio, corren a la granja de sus padres. Les encuentran muertos y rescatan a su hermano pequeño, Aarón (George MacKay), que se ha escondido en una especie de zulo disimulado en la casa.
Los tres hermanos, recogen lo indispensable y se encaminan hacia el bosque cercano, donde les encuentra el mayor de los hermanos, Tuvia (Daniel Craig), que vivía fuera y ha regresado.
En una de sus pequeñas expediciones para explorar los alrededores, Aarón encuentra a una familia de judíos con una niña herida y la lleva al campamento de sus hermanos para intentar cuidar a la pequeña que acaba muriendo. Tuvia decide ir a ver a Konstanty 'Koscik' Kozlowski (Jacek Koman), un granjero amigo de su padre, para que les de algo de comida y la pistola que saben guarda. Koscik oculta en su granero a un grupo de judíos, pide a Tuvia que se los lleve con él. Aunque los hermanos Bielski pensaban esconderse ellos solos, al final acaban recogiendo a todos estos huídos judíos, conformando un grupo cada vez más numeroso, pues la fama de los Bielski se extiende y muchos judíos que no están dispuestos a quedarse en los ghettos, van en su busca.
El grupo acaba contactando con los partisanos rusos, con los que colaboran, aunque el antisemitismo está también extendido entre ellos.


El guión recrea la peripecia de los hermanos Bielski, cuatro hermanos judíos que aglutinaron a su alrededor y bajo el liderazgo del mayor de ellos, a un grupo cada vez más numeroso de judíos (llegaron a ser más de mil, entre ellos un buen número de ancianos, mujeres y niños), habitantes de la Bielorrusia ocupada por los nazis, que se refugiaron en los bosques y pantanos del entorno de la región de Lida. De vez en cuando ayudaron a los partisanos en sus sabotajes y asaltos a pequeños destacamentos del ejército invasor.


Los episodios de aquella aventura de supervivencia están bastante bien reflejados y se ajustan a lo que realmente ocurrió, prácticamente todo lo que se nos cuenta, fue así.
El film va mezclando momentos de acción, con otros que nos narran las vicisitudes en el campamento del bosque, los roces que surgían, las relaciones entre hombres y mujeres, el cuidado de ancianos y enfermos, la creación de una pequeña infraestructura que aprovechaba las capacidades de cada uno, etc.
En general, la película es muy entretenida y, a pesar de sus más de dos horas de duración, se hace muy amena y se sigue con interés.
Con una exquisita banda sonora, nominada al Oscar, con la que James Newton Howard demuestra que sigue creciendo en su camino para convertirse en uno de los grandes. A resaltar el hermoso protagonismo que tiene el violín en la partitura.


Otra visión de la participación judía en el conflicto que tantas vidas les costó, en esta ocasión fuera de los campos de exterminio y de la actitud pasiva que adoptaron la mayoría de ellos. Estos hombres y mujeres decidieron que preferían arriesgarse a morir de hambre y frío entre los bosques de abedules, pero sabiéndose libres, que agachar la cabeza y esperar el final trágico que los más confiados se negaban a creer.
¿Que al film le falta algo de vigor narrativo?, pues sí, es cierto, pero lo interesante de la historia lo suple y hace que quedemos atrapados en busca del desenlace.




martes, 15 de julio de 2014

LA MUERTE DE IVAN ILICH

Probablemente esta sea la más conocida entre las novelas breves de Tolstoi, en ella relata cómo ha sido la vida de este hombre, en quien su familia tenía depositadas grandes esperanzas tras haberse licenciado en la Academia de Jurisprudencia de San Petersburgo. Tras ocupar diversos cargos en la judicatura, al fin logra un puesto de relevancia, lo que le permite vivir acorde con su posición social y, sobre todo, satisfacer las exigencias de su esposa, Praskovia Fiódorovna Mijel, una mujer de buena familia a la que conoció cuando estaba destinado en una ciudad de provincias; ella le gustaba, pero se casó sin estar enamorado.
Los primeros tiempos de su matrimonio fueron felices, justo hasta que Praskovia Fiódorovna alumbró a su primer hijo, desde entonces el matrimonio se convirtió en terreno de disputas y de infelicidad, lo que lleva a Ivan a refugiarse en su trabajo.
Curiosamente, el más importante acontecimiento de la vida de Ivan Ilich, será su muerte y una reflexión sobre las ideas de Tolstoi en torno a este hecho que iguala a todos los seres humanos, es lo que ocupa la mayor parte de la novela.
Ivan se da cuenta de que su vida se ha ido en cosas fútiles, en la búsqueda del éxito profesional y que al final de sus días está huérfano del amor de los más allegados y será, irónicamente, un criado, Gerasim, quien alivie sus padecimientos. Iván se fijó en que Gerasim era el encargado de hacer la más humilde y repulsiva de las tareas concernientes al cuidado del enfermo: vaciar su orinal. Un día en que le preguntó sobre este particular y si no le resultaba desagradable, descubrió toda la grandeza de alma del siervo que se convirtió en el bálsamo inseparable del moribundo.
Arturo Uslar Pietri, nos indica en el Prólogo de una de las ediciones de esta obra literaria que León Tolstoi es un personaje que “Vive en medio de la imperfección y de los instintos arrastrado por una sed de amor y de justicia que no logra saciarse. Está agobiado de conmiseración por la suerte de todos los hombres y particularmente, por la de los humildes y los pobres. Le parece que en todas partes el hombre es la víctima de una maligna estupidez que lo degrada. Y la peor y la más inaceptable de todas las injusticias le parece la muerte”.




lunes, 14 de julio de 2014

LA DUQUESA

Guillermo Cavendish (Ralph Fiennes), 5º Duque de Devonshire, uno de los hombres más ricos de Inglaterra, está pensando en contraer matrimonio con el único fin de traer al mundo un heredero varón. Tras su búsqueda de una esposa adecuada, se decide por Georgiana Spencer (Keira Knightley), con la que se casa un día antes de que ella cumpla los 17 años.
Georgiana es guapa, cultivada y elegante, su éxito entre la gente es obvio, tanto entre la aristocracia, que la tiene por un referente de elegancia y modales, como entre las personas de baja extracción que la adoran por su belleza y cercanía. De hecho, un primo lejano suyo, Charles Fox (Simon McBurney), uno de los líderes del partido Whig (el partido liberal), aprovecha esta popularidad para atraer votos, haciéndose acompañar de Lady Georgiana en algunos de sus mítines.
Sin embargo su matrimonio supone una decepción para la Duquesa, acuciada por la exigencia del Duque de que le proporcione un heredero varón, después de que ella le ha dado dos hijas y ha tenido varios abortos; los amoríos extraconyugales de su marido, incluso con la mejor amiga de la Duquesa, Lady Bess Foster (Hayley Atwell), con la que el matrimonio forma un peculiar triángulo sentimental; acaban haciendo que Georgiana encuentre en Charles Grey (Dominic Cooper), un joven y prometedor político Wight, que llegará a primer ministro, una especie de alivio para sus males. Georgiana se enamora apasionadamente de Grey, pero su marido la obliga a dejar a su apuesto amante y la separa de la niña que ha tenido de él.


El guión adapta la biografía que la historiadora estadounidense Amanda Foreman escribió sobre la Duquesa, publicada con el título "Georgiana, Duchess of Devonshire". La propia escritora trabajó como consultora del film y se mostró bastante satisfecha con la visión que el film da de su libro y del personaje.


La película se centra en el personaje de la protagonista y las circunstancias, sobre todo matrimoniales, que van marcando su vida. La época en la que vive y sus avatares en la sociedad del momento, son tratados como pinceladas, sin profundizar demasiado en ello, a pesar del interesante papel que Georgiana jugó en dicha sociedad.


Gran trabajo de Keira Knightley, acompañada de un Ralph Fiennes bastante hierático, así está concebido su papel, no es que él lo busque, supongo. Pero como digo, el film se centra en la figura de la Duquesa y Keira sabe sacar todo el jugo a una papel en el que se luce.
Magnífica la ambientación, es envidiable cómo consiguen hacerlo rematadamente bien en estas pelis británicas, verdaderamente envidiables el retrato del entorno, incluso los ademanes, la misma decoración y, por supuesto, el vestuario, que ganó el Oscar de ese año, están recreados con total minuciosidad.


El realizador, según propia confesión y como ya queda señalado, pretende centrarse en el conflicto matrimonial y sentimental de la protagonista y eso hace, sin profundizar en otros matices de la vida de esta mujer que, sin duda daban para mucho, con sus problemas de ludopatía, que sólo aprecia quien conozca su biografía, pues son tratados como mera anécdota; o el peculiar triángulo amoroso entre el matrimonio y Lady Foster, en el que no bucea en los aspectos psicológicos que la situación provoca en los personajes más que de pasada.
En fin, que el film pasa de puntillas por muchos aspectos de la vida de esta mujer, alguien que participaba en la política en una época en la que el derecho al sufragio femenino quedaba muy lejos y que convierte la película en una joya estética, pero en algo anodino en cuanto a guión que está bastante poco conseguido.
Hay algunas anécdotas alrededor del hecho de que Lady Diana, la esposa del príncipe Carlos de Inglaterra, fuera descendiente de esta mujer a través de la rama de los Spencer y, aunque siempre se ha negado cualquier relación entre el retrato que se hace Georgiana en la película y Lady Di, lo cierto es que quien quiera encontrar similitudes, aunque sea en los aspectos más oscuros de sus respectivas vidas, tiene donde hacer comparaciones más que de sobra.