viernes, 4 de julio de 2014

EL GUÍA DEL DESFILADERO (PATHFINDER)

Una india que recoge leña en medio del helado paisaje de un lugar indeterminado de la costa norteamericana, encuentra a un niño, único superviviente de un extraño accidente que ha sufrido una expedición de vikingos. La mujer lleva al muchacho al poblado, donde los ancianos discuten sobre si debe ser amparado por la tribu o abandonado a su suerte; su salvadora logra convencerles para que la permitan adoptarlo y criarlo como a un hijo.
Con el paso de los años el chico, ya convertido en hombre, sueña con convertirse en un guerrero de la tribu, pero su pasado crea desconfianza y los nativos no acaban de aceptarle del todo.
Un día, en el que parte hacia el cercano bosque para cazar en solitario, una nueva expedición vikinga llega a las costas y arrasa el poblado, cuando Espectro (Karl Urban), como le apodan los indios, regresa, encuentra su hogar arrasado y a todos lo habitantes muertos, excepto su padre adoptivo, al que están haciendo combatir en desventaja, para diversión de los guerreros europeos. Aunque trata de ayudar a su padre, sólo puede defenderse lo justo para no ser atrapado él mismo y salir huyendo, aunque resulta gravemente herido.
Los miembros de una tribu amiga de la que lo había adoptado, le encuentran y le curan. Espectro trata de hacerles ver de que sus arcos y flechas son armas que nada pueden contra las afiladas espadas y las corazas de los invasores y les convence para que huyan, aunque la hija del jefe, Estrella de Fuego (Moon Bloodgood), enamorada de Espectro y un indio mudo, le siguen en su afán de enfrentarse a los que quieren acabar con los habitantes de la región.


El guión se basa, de manera un tanto peculiar, en una película noruega de 1987, titulada Pathfinder y dirigida por Nils Gaup.
Para que os hagáis una idea del resultado de esta adaptación, el mismo Nils Gaup, cuando vio el film, al parecer, dijo algo parecido a esto: Dos veces ha rehecho Hollywood uno de mis films y en ambos casos ha conseguido hacer la peor película de la historia.


La película de Gaup y, de rebote esta, se basan a su vez, en una vieja leyenda lapona del siglo XII, época en la que está documentado que los vikingos eran capaces de llegar a las regiones septentrionales de América y que posiblemente entraron en contacto con los Beothuk, habitantes del norte de Terranova, que pudieran ser los skraelingar (el nombre con el que los pueblos del norte de Europa identificaban a los pueblos indígenas americanos que encontraron en América del Norte y Groenlandia) de las sagas vikingas.


El film tiene una estética que me ha recordado a algunos cómics de aventuras fantásticas con fondo histórico, de hecho, cuando estaba viendo la película, algunos tramos de la misma me parecían sucesiones de viñetas, con los personajes casi estáticos, como componiendo un cuadro, cuando no mostrando detalles concretos muy del tipo de dibujo de historieta (detalles de un pie, de un árbol, un paisaje nevado, el desfiladero visto desde lejos con los viajeros difuminados como puntos diminutos...)
Además, el atuendo de los vikingos, se separa un tanto del que tradicionalmente se nos ha transmitido y aquí parecen más, miembros de una banda heavy. También ayuda a recordar esa estética la fotografía elegida, con iluminaciones oscuras y un tanto tenebrosas, en tonos azul frío.


La película no es nada del otro mundo, no sé que impresión sacarían de ella quienes se gastaron dinero y tiempo en el cine para ver algo que, seguramente, había despertado ciertas expectativas, seguramente saldrían decepcionados. Confieso que yo estaba avisado en este aspecto, porque no he leído sino malas críticas, así que estuve viendo el film con los ojos de quien no espera gran cosa y me pareció una película entretenida, con un guión bastante plano y muy previsible y en la que puede verse el esfuerzo del realizador por ofrecer encuadres arriesgados, o al menos originales, en medio de una conseguida ambientación y unos paisajes espectaculares, pero que no consigue su objetivo.


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