jueves, 11 de septiembre de 2014

SOLEDADES (LUIS DE GÓNGORA)

Las Soledades es la obra de mayor aliento y de plan más madurado del autor. Góngora proyectaba cantar las soledades en cuatro partes, quizá en paralelo a las estaciones del año: de los campos, de las riberas, de las selvas y de los yermos. Quedaron inacabadas pero constituyen una de las cumbres de la lírica de todos los tiempos.
Sólo escribió las dos primeras partes. En la primera, un joven náufrago es acogido por unos cabreros que celebran unas bodas. En la Soledad segunda, convive con unos pescadores. En realidad, el argumento no es lo más importante sino el uso de los recursos formales que aportan estilización, sensorialidad, musicalidad, color, brillo y luz. Las Soledades es una obra de difícil comprensión y en su época suscitó numerosas polémicas entre defensores y detractores.
García Lorca, en una conferencia sobre la imagen poética de Luis de Góngora, decía: "Es un problema de comprensión. A Góngora no hay que leerlo, sino estudiarlo. Góngora no viene a buscarnos, como otros poetas, para ponernos melancólicos, sino que hay que perseguirlo razonablemente".
Personalmente, Las Soledades me llevan a los lejanos días de instituto, cuando uno de los profesores de Lengua y Literatura que tuve, cuyo nombre no recuerdo, nos explicaba la perífrasis y ponía como ejemplo uno de los versos de este poema, el referido al gallo: "doméstico es del sol nuncio canoro"



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