jueves, 19 de marzo de 2015

EL CABALLERO DE LAS BOTAS AZULES

Editada en la imprenta lucense Soto y Freire, en el año 1867, El caballero de las botas azules es una novela desafiante y compleja. El relato está protagonizado por un personaje con algo de dandy. Con su anuncio persistente de una obra (“El libro de los libros”) que habrá de cambiar el curso de la vida social e intelectual madrileña, el caballero de las botas azules se convierte en un verdadero acicate de la vida social capitalina. Acompañado de su sirviente Zuma y ataviado con una llamativa indumentaria que no tarda en ponerse de moda en la capital, el protagonista dirige sus amargas invectivas contra distintas clases y círculos sociales. Pero son dos, ante todo, los destinatarios de sus comentarios satíricos: los escritores y críticos vinculados a la producción literaria mercantil, y las señoritas y damas ociosas de Madrid, cuyas costumbres no pierde ocasión de reprobar y cuyos gustos parodia en cuanto se le presenta la ocasión.
Hay en la novela un retrato de la primera bohemia madrileña, que opina de política y de libros, Rosalía de Castro parece percibir la relevancia de ciertos agentes ligados a la producción cultural y a la constitución de espacios públicos en el llamado “siglo de las revoluciones.”
La historia viene precedida de una larga introducción, de estructura teatral, en la que hablan un hombre y una musa. Algunos largos soliloquios y reflexiones, hacen que algunos tramos de la novela resulten poco fluídos.
La novela, por su estructura y temática (en la que algunos han querido ver elementos revolucionarios), hacen que la crítica la considere como un texto rompedor que colocan en el nacimiento de una nueva concepción del género.



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