jueves, 30 de abril de 2015

EL ARCA Y EL APARECIDO

D. Blas Bustos y Mosquera es el jefe de la policía de Granada, al que temen hasta el Gobernador Civil y el mismísimo obispo de la diócesis.
Antiguo capitán de guerrila durante la guerra contra los franceses, al regreso de Fernando VII fue enviado a galeras, pasando ocho años en Ceuta en la más horrible misería. Después, no se sabe cómo, volvió a entrar en gracia y accedió al puesto que ostenta.
Un mal día en el que está haciendo pesquisas en el pueblo de Alcolote, a una legua de Granada, se encapricha de la tímida Inés, hija de D. Jaime Artegui, un anciano sin apenas medios económicos, que la ha prometido a D. Fernando de la Cueva, un apuesto mozo, al que ama profundamente.
Sin embargo, para quedarse con Inés, el cruel jefe de policía, acusa de falsos delitos al joven para enviarle a prisión, amenazando al anciano para que se avenga a sus deseos con trasladar a D.Fernando a galeras desde la cárcel de Alcolote donde se encuentra preso. D. Blas insinúa al viejo que si le da la mano de su hija, él cerrará los ojos a una eventual fuga de D. Fernando.
D. Fernando, en efecto, huye, se va a Mallorca, pero tras dos años de exilio, vuelve a Alcolote con el firme propósito de volver a encontrarse con Inés, ahora desposada con el villano de D. Blas.




miércoles, 29 de abril de 2015

EL FILO DE LA NAVAJA

Larry Darrell (Tyrone Power), ha servido como piloto en el ejército norteamericano durante la I Guerra Mundial. Según relata él mismo, el último día de la guerra, uno de sus compañeros, pudiendo haberse salvado, entregó su vida para salvar la de Larry. Este hecho marca profundamente a Darrell, que se enfrenta a una crisis existencial a su regreso del frente.
Larry está prometido a Isabel Bradley (Gene Tierney), pero la familia de ella, especialmente el tío Elliot (Clifton Webb), un millonario snob que vive en Europa, no acaban de ver con buenos ojos la futura unión, pues Larry no sabe muy bien qué hacer con su vida, rechaza los trabajos que le ofrecen y dice que no quiere hacer nada, sino buscar la sabiduría.
Cuando Isabel le propone que viaje durante un tiempo para ver si resuelve sus problemas, él se traslada a París, donde vivirá en condiciones humildes, trabajando incluso en una mina. Isabel le visita y le da un ultimátum para que se ponga a trabajar en serio y ganar el dinero suficiente para costear el tren de vida que ella desea, pero Larry no está interesado en el aspecto económico y rompen su compromiso. Larry viajará a la India, donde cree haber encontrado aquello que estaba buscando, a su regreso a París, quienes le conocen, encuentran en él a un nuevo hombre.


Basada en la novela del mismo título del británico William Somerset Maugham, que en el film aparece representado por Herbert Marshall, que guarda un cierto aire con el célebre autor, alguna de cuyas novelas y obras teatrales, alcanzaron gran éxito, principalmente esta, auténtico best seller del que se han vendido millones de ejemplares desde su publicación, dos años antes de rodar la película.
Somerset Maugham fue contratado para participar en el guión del film, no sé si se utilizo algo de su trabajo o fue ignorado, el caso es que no figura en los títulos de crédito.


Con una magnífica partitura de Alfred Newman, la película está brillantemente dirigida por Edmund Goulding, uno de esos directores que no alcanzaron fama, pero que forma parte de lo que la crítica ha denominado artesanos del cine, como si fueran de segunda fila, cuando en este film, Goulding nos regala unos elegantes movimientos de cámara, sobre todo en los planos secuencia, como el del inicio, una maravillosa recreación de una fiesta de la clase acomodada de Dallas en el Club de Campo, en la que, por cierto, quedan apuntadas de manera elegante y discreta, mediante un sutil gesto, las tendencias homosexuales del tío Elliot. No pude por menos de sonreírme ante la inteligencia y el ingenio de los artífices del film.


La película descansa sobre todo en esa sabia manera de dirigirla, en la lograda ambientación, los maravillosos diálogos y, por encima de todo, las interpretaciones, en las que, como en tantas películas de la época, los secundarios están a un magnífico nivel, tan alto que de las cuatro nominaciones a los Oscar que tenía, dos eran para mejor actor y actriz secundaria. Anne Baxter se llevó el premio, no así Clifton Webb, pero su interpretación es una delicia.
Melodrama clásico, en el que, como sucede en general en las obras de Sommersen Maughan, no se condena a los malvados, como él mismo decía "no me preocupan mucho los pecados de otros, a excepción de los que me afectan a mí en persona". La historia es interesante, dotada de una gran fuerza dramática y muy bien narrada. Con ese aroma de las películas de mediados del siglo pasado que tanto gusta a los amantes del buen cine.




martes, 28 de abril de 2015

POEMAS (SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ)

Aunque su obra parece inscribirse dentro del culteranismo de inspiración gongorina y del conceptismo, tendencias características del barroco, el ingenio y originalidad de Sor Juana Inés de la Cruz la han colocado por encima de cualquier escuela o corriente particular.
En la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz hallamos numerosas y elocuentes composiciones profanas (redondillas, endechas, liras y sonetos), entre las que destacan las de tema amoroso o las de temática mística, en la que una fervorosa espiritualidad se combina con la hondura de su pensamiento.
Sor Juana empleó las redondillas para disquisiciones de carácter psicológico o didáctico en las que analiza la naturaleza del amor y sus efectos sobre la belleza femenina, o bien defiende a las mujeres de las acusaciones de los hombres, como en las célebres "Hombres necios que acusáis", un valiente poema para la época en la que fue escrito que refleja la rebeldía de monja mexicana. He aquí un fragmento:

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.

Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.



lunes, 27 de abril de 2015

PEQUEÑECES

Curra, condesa de Albornoz (Aurora Bautista), una de las mujeres más bellas de la aristocracia madrileña, ha solicitado el puesto de camarera mayor de la reina, ante el horror del resto de los nobles que se oponen al reinado de Amadeo I. Viendo la que se le viene encima, Curra renuncia al puesto cuando le es ofrecido, algo que contraría al gobierno que amenaza con sacar a la luz pública el escrito en el que el marido de la condesa solicitaba tal puesto. Ella se las arregla para hacerse con el documento y destruírlo, al tiempo que envía a una muerte segura al secretario del conde, al que tiene como amante, haciéndole retar a duelo a un periodista que ha publicado en su diario todo el embrollo.
Cuando Amadeo renuncia a la corona buena parte de los nobles se marchan a París ante el miedo a la situación inestable que trae la República. Allí Curra se encontrará con su primo Jacobo Téllez, marqués de Sabadell (Jorge Mistral), al que convierte en su nuevo amante, exhibiéndolo ante toda la corte, incluso cuando regresan a Madrid.
Jacobo era embajador en Constantinopla con D. Amadeo y cuando este cae, se ve nadando entre dos aguas y con unos comprometedores documentos en su poder, que le han sido confiados por círculos amadeístas porque comprometen a personajes que van a tratar de abrirse camino cuando se reinstaura el régimen borbónico. Jacobo venderá los documentos, lo que le vale la persecución de quienes se los habían confiado.


Adaptación de la novela del mismo título escrita por el jesuíta Luis Coloma, que tuvo gran éxito en su momento, en buena parte por las críticas favorables de personajes ilustres de las letras españolas como Valera, Clarín, Menéndez Pelayo o Pardo Bazán.
La obra de Coloma pone en solfa a la nobleza alfonsina, en un claro intento de enlazar a la monarquía con el pueblo, saltándose la barrera de los nobles, a quienes censura con inusitada violencia. Olvidada ahora, la verdad es que la novela de Coloma fue muy contestada en su momento por quienes se vieron reflejados en ella, esa aristocracia a la que pinta como ociosa y amante del chismorreo y de las conspiraciones de salón.


Magníficos los decorados del gran Sigfried Bürmann, que llega a recrear con verdadero detalle, zonas de la madrileña calle Alabarderos y un lujoso diseño de vestuario, en el que destacan los 19 vestidos que Pedro Rodríguez diseñó para Aurora Bautista, todos en seda natural, incluída la ropa interior, en los que se invirtieron nada menos que 400.000 pesetas, una cantidad nada desdeñable para la época.
Con música del maestro Quintero, está protagonizada por la pareja con más gancho del momento, Jorge Mistral apenas encuentra hueco para el lucimiento ante la arrolladora presencia de Aurora Bautista que, por momentos, adolece de esa especie de sobreactuación que yo llamo declamativa, que resulta un poco repelente, igual que el papel que le toca desempeñar a Carlos Larrañaga, niño aún, y no porque él lo haga mal, supongo que haría lo que pidieron. Se nota a un Juan de Orduña que o no sabe, o pasa del dirigir a sus actores, dejando al albur el desarrollo de sus intervenciones.


Superproducción de Cifesa, que responde a la época, recogiendo todos los valores del nacionalcatolicismo con un relato de marcado contenido doctrinal que la deja como un producto trasnochado.
Supongo que llevado por las necesidades del momento, quiero decir evitar problemas con la censura, el realizador opta por resaltar la parte moral de la novela, en lugar bucear en el retrato de los personajes, incluso el final resulta demasiado largo y tan descaradamente doctrinario que se hace pesado, por pedante y excesivo.
De hecho los mejores momentos de la película son los que huyen de ese tono catequístico y nos muestran el retrato de una nobleza decadente y encerrada en si misma, con algunos diálogos y situaciones que resultan incluso brillantes. Y también la parte de suspense y cierto misterio que envuelve a la figura del conde de Sabadell y sus perseguidores, encarnados por un inquietante Guillermo Marín tan efectivo como de costumbre.




sábado, 25 de abril de 2015

POESÍA (SAN JUAN DE LA CRUZ)

Nacido como Juan de Yepes Álvarez, adopta el nombre de Fray Juan de San Matías al ingresar en el convento de los Padres Carmelitas de Medina, para tomar el definitivo de Fray Juan de la Cruz en 1568, cuando funda en Duruelo el primer convento de Descalzos de la rama masculina del Carmelo Descalzo.
La noche del 3 de diciembre de 1577 Juan de la Cruz es apresado y trasladado al convento de frailes carmelitas de Toledo, donde es obligado a comparecer ante un tribunal de frailes calzados para retractarse de la Reforma teresiana. Ante su negativa, es recluido en una prisión conventual durante ocho meses, en los que se verá sometido a toda clase de vejaciones (hasta el punto que muchos años después, aun guardaban sus espaldas contraídas las cicatrices de los disciplinazos con que se ensañaba la bárbara incomprensión de los calzados).
Durante este periodo de reclusión escribe las treinta y una primeras estrofas del Cántico espiritual (en la versión conocida como protocántico), varios romances y el poema de la fonte, y los canta en su estrecha reclusión para consolarse.
La obra de San Juan de la Cruz ha sido, desde siempre, enfocada desde dos perspectivas, la teológica y la literaria, que, en muchas ocasiones, se han presentado mezcladas.
Combinando la antigua simbología del Cantar de los cantares con las fórmulas propias del petrarquismo, produjo una rica literatura mística, que hunde sus raíces en la teología tomista y en los místicos medievales alemanes y flamencos. Su producción refleja una amplia formación religiosa, aunque deja traslucir el influjo del Cancionero tradicional del siglo XVI, sobre todo en el uso del amor profano (las figuras del amante y de la amada) para simbolizar y representar el sentimiento místico del amor divino.
San Juan utiliza determinados recursos estilísticos con una profusión y madurez poco frecuentes, dando un nuevo y más profundo sentido a las expresiones paradójicas  y a las exclamaciones estremecedoras  habituales en los cancioneros. Además, emplea símbolos como la casa o morada, la noche, la luz, la fuente, la oscuridad, la caza de cetrería, la caída, el vuelo, los animales, etcétera.
Lo que mejor define su poesía es su extraordinaria intensidad expresiva, gracias a la perfecta adecuación y el equilibrio de cada una de sus imágenes.
La poesía de Juan de Yepes constituye el punto de encuentro de una larga tradición literaria. Su lírica integra tradiciones literarias de distinto origen que, aunadas por el escritor en sus textos, van adquiriendo significados y valores múltiples que sobrepasan aquellos que tenían en su origen.
El influjo de la Biblia es fundamental en su poesía, en tanto actúa como molde y catalizador del resto de lecturas que conforman el bagaje cultural de San Juan. Particularmente, resulta trascendental en el Cántico, cuyo simbolismo e imágenes tienen su origen en el Cantar de los cantares.
Sea como fuere, su poesía y particularmente "El Cántico Espiritual", es tenido por uno de los monumentos cumbres de la poesía universal, estudiado y glosado por autores de todo el mundo y todas las lenguas.
Como he leído en una edición del Cántico: siendo palabras divinas, porque el espíritu de Dios hablaba por su boca, las que el santo ha dejado escritas, no han de comentarse sino por quien para ello tenga la necesaria autoridad.
Y yo añado, léanlo, háganlo con calma, saboreando cada estrofa, cada verso, disfrutando y admirando la calidad y la altura literaria y estilística del autor de Ontiveros, el hombre humilde que habló con Dios como nadie ha sabido hacerlo.



viernes, 24 de abril de 2015

LA PIMPINELA ESCARLATA

Sir Percy Blakeney (Leslie Howard) es un aristócrata inglés, amigo personal del príncipe de Gales, elegante a más no poder, pero fatuo, un poco estúpido y nada interesado en otra cosa que no sean sus buenos trajes, sus magníficos caballos o la cantidad de reuniones a las que asiste. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Bajo esa apariencia estúpida y superficial, se esconde un hombre valeroso por el que sus seguidores darían la vida gustosamente, un hombre que arriesga su fortuna y su integridad por salvar a los inocentes de la guillotina pasando una y otra vez a Francia y burlando a los espías galos que lo persiguen.
Marguerite Saint Just (Merle Oberon) es una mujer bellísima sumamente inteligente que, a pesar de tener a todos los hombres a sus pies, se ha casado por amor con el petimetre de sir Percy, cosa que nadie comprende porque él la tiene bastante desatendida. Sí, Percy la adoró y consiguió conquistarla, pero poco después de su matrimonio la cosa cambia, él se entera de que Margot ha traicionado a un aristócrata y éste ha sido llevado a la guillotina con toda su familia. Desde ese momento, la apatía y el desapego priman en su matrimonio.
Chauvelin (Raymond Massey) es un espía francés, embajador oficioso en Inglaterra del Gobierno Revolucionario, que quiere pescar a la escurridiza Pimpinela a toda costa, tarea para la que ha sido comisionado expresamente por Robespierre (Ernest Milton).
Armand (Walter Rilla), hermano de Marguerite, es detenido cuando regresa a Francia, acusado de conspirar contra la República. En realidad, Chauvelin pretende utilizarlo como moneda de cambio, con el fin de extorsionar a Marguerite para que esta se entere de la identidad de La Pimpinela Escarlata y le delate.


Adaptación de la novela de la Baronesa Emmuska Orczy, que antes de publicarse como tal, había sido estrenada en teatro en Londres el 5 de enero de 1905.
La Baronesa Orczy no es tenida como una gran autora, pero su personaje, La Pimpinela Escarlata, ha pasado a la posteridad por ser el primero de la lista de héroes que se esconden bajo una identidad que nada tiene que ver con su arrojo y valentía, además de por lo conseguido y bien trabajado del mismo y sus aventuras.

Producida por Alexander Korda en un momento en que él y Alfred Hitchcock eran los principales impulsores del cine británico, a pesar de que el director de la misma fue Harold Young, la mano del productor húngaro está presente de manera continua, con esa confianza que pone en la tradición teatral británica para tapar las posibles deficiencias a que aboca un presupuesto apretado. La impronta de Korda queda patente también en las escenas de masas que abren la película, cuidadosamente compuestas y que constituyen una auténtica delicia para el espectador.
Una banda sonora adecuada de Arthur Benjamin y algunos escenarios muy bien construídos por la mano del otro Korda, Vincent.


La película está protagoniza por una pareja cinematográfica que tendría caminos bien distintos en su etapa norteamericana, Merle Oberon, bastante desaprovechada en Hollywood y Leslie Howard que triunfaría con su gran actuación en Lo que el viento se llevó, y que aquí interpreta de maravilla al presumido, frívolo y afeminado protagonista.  El otro gran papel del film es el del malvado Chauvelin, muy bien interpretado por Raymond Massey. En ellos tres descansa el peso de un film con algunos diálogos y secuencias cargados de ironía. en el que el estilo fresco de Korda se contrapone al tipo de cine histórico más florido que se impuso en Hollywood y cuyo exponente son las películas de Errold Flynn. 
En 1934, aún no había pasado nada en Europa, pero se intuía que algo gordo iba a ocurrir y aunque no se observan en la película connotaciones políticas profundas, no falta quien ve en este film, al menos en algunas de sus secuencias, una especie de antecedente lejano de las películas que se ocuparon del Holocausto, salvando las distancias. La presentación que el film hace de Robespierre, bien podría ser la que hacen algunos filmes posteriores de figuras como Hitler o Musolini.
Buena película de aventuras, envuelta en una atmósfera romántica y cortesana y con muchos detalles de gran categoría.




jueves, 23 de abril de 2015

FÁBULAS (SAMANIEGO)

Hombre de amplia cultura, que dentro de una sólida formación religiosa dentro de una familia de buenos cristianos viejos de Laguardía (Álava), Félix María Samaniego, había recibido una excelente formación clásica.
A los 19 años comienza lo que será una fructífera colaboración con su tíoabuelo Javier María de Munibe e Idiáquez, conde de Peñaflorida , promotor, fundador y Director Perpetuo de la modélica Real Sociedad Vascongada de los Amigos del País, una institución clave en el movimiento ilustrado del país.
Para esta Sociedad y por encargo expreso de su tío, escribe Félix María Samaniego su colección de fábulas, en cuya portada vemos su título completo de la primera edición: "Fabulas en verso castellano para uso del Real Seminario Bascongado".
Librepensador y progresista, sus fábulas toman como modelos a Esopo, Fedro, Lafontaine y el fabulista inglés John Gay. Están divididas en dos tomos, el I, publicado en 1781, editado en la imprenta de Benito Monfort de Valencia. En 1784, en la imprenta madrileña de Joaquín de Ibarra, se publica el Tomo II.
Su autor quiso hacer un libro de fábulas útil y agradable, accesible y entretenido, para chicos muy jóvenes a los que había que dar una provechosa formación moral inicial. Y lo consiguió. Samaniego ha sido leído, memorizado y citado por generaciones posteriores y algunos de sus versos o asuntos han terminado como sabios proverbios populares.
Muertos el conde de Peñaflorida (1785) y Carlos III (1788) e iniciada la Revolución Francesa (1789), nada fue ya igual. La decadencia de la Vascongada (como se conocía a la Sociedad Vascongada de los Amigos del País) y del Seminario Patriótico fue inevitable.
Desde 1792, Samaniego reside en Laguardia y pasa temporadas en Logroño, en casa de su hermana más pequeña, Francisca Javiera, por motivos de atención médica.
Samaniego no se libró de la Santa Inquisición, que le investigó en 1793 y 1794, aunque sin graves consecuencias.
A los 56 años muere en Laguardia el 11 de agosto de 1801.



miércoles, 22 de abril de 2015

LA ISLA DEL TESORO

William Bones (Finlay Currie), un viejo marinero que ha surcado los mares durante toda su vida, vive casi escondido en la posada "Almirante Benwob" que regentan Jim Hawkins (Bobby Driscoll) y su madre. Hasta allí llega Perro Negro (Francis De Wolff), un antiguo miembro de la tripulación del temible capitán Flint, que localiza a Bones a quien buscan porque tiene en su poder el plano del tesoro que Flint enterró en una remota isla. A través de Pew (John Laurie), un pirata ciego, los bucaneros hacen llegar a Billy Bones la mancha negra, una especie de aviso de que le han sentenciado a muerte.
Antes de que llegue su final, Bones entrega al joven Jim Hawkins el mapa del tesoro y cuando el viejo pirata muere, Hawkins confía su valiosa posesión al señor Trelawney (Walter Fitzgerald) y al doctor Livesy (Denis O'Dea).
Trelawney, decide ir hasta Bristol para fletar un barco que les lleve a la isla, contrata al capitán Smollet (Basil Sydney), para que lo dirija y enrola en él a una tripulación compuesta por algún hombre de confianza y un grupo de marineros de dudosa procedencia que en realidad son antiguos integrantes de la tripulación de Flint encabezados por el cocinero, Long John Silver (Robert Newton), que en realidad es el antiguo contramaestre de Flint.


Adaptación de la famosa novela de Robert Louis Stevenson del mismo nombre que el film, quizá la mejor novela de piratas y aventuras escrita nunca.
El guión trastoca algunos de los pasajes del libro, desaparecen personajes y otros pierden protagonismo, pero en general refleja la narración original, centrándose en la relación entre el niño y el pirata cojo.


Aunque es una producción británica, está hecha por Walt Disney Productions, en lo que suponía su primera producción de acción real, es decir, fuera de sus clásicos productos de imágenes animadas. Debido a las restricciones para sacar fondos del Reino Unido tras el final de la Guerra, la productora decidió emplear las ganancias obtenidas en ese país por la exhibición de sus películas, en el rodaje de un nuevo proyecto que tendría como resultado esta película.


El film se plantea como un viaje iniciático del joven Hawkins que va descubriendo las distintas realidades de la vida y de las personas. Jim entabla una relación de camaradería con John Silver, un viejo zorro que tiende sus redes alrededor del muchacho que se ve ganado por el halo de misterio y aventuras que envuelven al viejo cocinero y a su loro, hasta el punto de que cuando descubre quien es y a pesar de que en algún instante amenaza la vida del chico, éste no puede desprenderse de esa admiración que despierta en él el pirata y su vida de aventuras y peligros.
Ese aspecto está muy bien recogido en el film, que hace hincapié en el mismo, despojando al resto de los personajes de buena parte del protagonismo que tienen en la novela de Stevenson.
Guste más o menos la adaptación, tiene algunos hallazgos muy interesantes en su puesta en escena (atención al magnífico decorado que representa la llegada de Jim a Bristol: sobre los tejado de los edificios se adivina la impresionante mole de "La Hispaniola" de la que vemos sus mástiles y velamen) y quizá flaquea un poco a la hora de transmitir toda la tensión que destila la magnífica novela de Stevenson.
Los dos personajes protagonistas están bien interpretados y la actuación de Robert Newton como Long John Silver, se ha convertido en una especie de icono de este personaje.




martes, 21 de abril de 2015

PAX ROMANA

Marco, mensor de la IX Legión, hijo adoptivo del afamado arquitecto Vitruvio Polion, llega a tierras de la Hispania romana, para completar la conquista de la misma, ya que amplias zonas del norte, mantienen una tenaz resistencia contra el invasor romano.
Pax Romana es una novela histórica en la que realidad y ficción se mezclan sin solución de continuidad.
Escrito con pulcritud, bien redactado, pero en muchos tramos carente de agilidad, la obra es víctima del abrumador conocimiento del mundo y la cultura romanos del autor y de lo mucho que se ha documentado sobre el tema. Si él mismo señala al final del libro, que no desea caer en innecesarios alardes eruditos, es porque está imbuído de cierto afán didáctico, pero ese es uno de los problemas del libro. A quienes conocen todas esas cosas que va desgranando a lo largo de la novela, les resultará pesado y quienes no las conocen, seguramente se verán abrumados con tanta información y explicaciones que entorpecen el natural devenir de la novela, pues en ciertas ocasiones, todas esas cosas están metidas con calzador.
A pesar de lo dicho, se trata de un libro interesante que, a mi juicio particular, mejora algo en la segunda mitad, incluso en algunas ocasiones, parece como si por fin hubiera dado con la tecla para ir mezclando esos detalles que quiere explicarnos, por ejemplo, cuando nos habla de lo que es una devotio.
A mí me ha ido cautivando a medida que se acercaba al final, pero reconozco que al principio, durante muchas páginas, se me hizo un poco cuesta arriba, no por la información en sí, sino por la forma de transmitirla.
Desde aquí, mi respeto al autor, por el esfuerzo, del que yo no sería capaz ni de lejos y por eso me da un poco de vergüenza que esto pueda ser interpretado como una crítica y no como lo que es, la opinión de un humilde lector, porque es muy fácil criticar y muy difícil escribir. Si de algo sirve, hago constar mi deseo de leer el siguiente trabajo del novel autor.




lunes, 20 de abril de 2015

PERDIENDO EL NORTE

Hugo (Yon González), tiene una doble licenciatura y un máster, su amigo Braulio (Julián López), también licenciado universitario, investiga en un laboratorio merced a una beca, pero por culpa de los recortes, se queda sin ella y sin trabajo, mientras Hugo no hace más que acudir a entrevistas sin éxito.
Tras ver en un programa de televisión a un tipo que habla desde Alemania y que cuenta las oportunidades que allí existen para los titulados españoles, deciden viajar al país germano en la seguridad de que pronto hallarán empleo en su profesión.
Allí se hospedan en un piso, propiedad de un turco que tiene un kebab y para el que acabarán trabajando como pinches, ya que con su desconocimiento del idioma, no tienen ninguna oportunidad de trabajar en aquello para lo que estudiaron.
En el piso que ocupan, viven también dos hermanos, Rafa (Miki Esparbé) y Carla (Blanca Suárez) que ayudarán a Hugo cuando sus padres y su novia, le anuncian que van a ir a verle a Berlín, pues Hugo les ha mentido, diciendo que trabaja de ejecutivo en una empresa, con despacho, secretaria y un buen sueldo. No quiere que sus padres, que pasan por una mala situación económica, se enteren de la realidad de su triste vida en Alemania.


He aquí una especie de puesta al día de aquel "¡Vente a Alemania, Pepe!" de Pedro Lazaga, en la que, por cierto, también intervenía, como en esta, José Sacristán. Así que digan lo que quieran, pero el argumento ya estaba inventado y este film, no creo que mejore aquel, en todo caso, lo dicho, actualiza las circunstancias, empezando porque se trata, como si dijéramos de la segunda oleada. Renueva el lenguaje, pero no el mensaje, porque centra el asunto en la ficción que monta el protagonista para no reconocer ante su familia el tipo de vida que lleva, sino todo lo contrarío, aparentar que ha encontrado una especie de Jauja.
Además, pretende contarnos, en medio de una comedia de humor bastante grueso, una historia seria que queda metida con calzador, porque no está en absoluto bien hilvanada con la parte cómica del film.
Me ha sobrado, asimismo, el repetido uso explícito de la crítica, aludiendo a políticos, al gobierno, etc., cuando creo que quedaba de sobra claro el mensaje y la crítica, sin necesidad de dar tanto dato que queda fatal.


Una película que podía haber sido el documento o, al menos, la crónica teñida de humor del complicado panorama económico y humano de un país, pero que no ha sabido dar con la tecla exacta, aunque no hay que negar que hay algunas escenas logradas en las que te ríes (yo me reí), como la de los cuernos de alce y alguna otra, pero creo que podría haber estado bastante mejor.




sábado, 18 de abril de 2015

RASHÔMON Y OTROS CUENTOS

Considerado en su país como el mayor cuentista japonés de siempre, a la altura de los grandes maestros occidentales, Ryunosuke Akutagawa es un auténtico maestro del lenguaje. Sus descripciones, su habilidad como narrador y su capacidad para generar emociones en el lector, que se ve implicado en sus relatos sin apenas darse cuenta, hacen de Akutagawa un maestro de los relatos breves, capaz por momentos de detener el tiempo y de imbuírnos de la magia del instante, del placer de saborear el momento único.
Su obra ha sido ampliamente difundida en todos los idiomas modernos y otro genio del cuento, Jorge Luis Borges, tradujo al inglés uno de los relatos que contiene este libro: "El Mago", que Borges rebautizó como "Sennin".
Algunos de los cuentos que he leído, son muy conocidos, quizá el que más "Rashômon", gracias en parte al film de Kurosawa, pero también el impresionante "Jigokuhen" ("El biombo del infierno", 1918), como todos ellos envuelto en una cierta aureola que le acerca a la novela negra, pero con mucha mayor sutileza.
El 24 de julio de 1927, Ryunosuke Akutagawa, abrazado a una Biblia, se quedó dormido para siempre, tras haber ingerido una dosis letal de cianuro de potasio. En ese momento, nacía una de las leyendas más sólidas y perdurables de la literatura japonesa del siglo XX.



viernes, 17 de abril de 2015

CAPITANES INTRÉPIDOS

Harvey Cheyne (Freddie Bartholomew), hijo de un multimillonario hombre de negocios, huérfano de madre, crece como un niño excesivamente mimado por su padre que, por otra parte, apenas se ocupa personalmente de él, absorbido como está por sus ocupaciones empresariales.
Harvey es un niño caprichoso, embustero, manipulador y malcriado que se vale de su influencia sobre su padre para obtener todo cuanto desea, sin importarle las consecuencias que pueda tener sobre los demás y con una escala de valores morales que nada tiene que ver con lo mínimamente aceptable.
Tras ser expulsado temporalmente del colegio en el que estudia, debido a una acusación falsa sobre un profesor y a intentar chantajear a un compañero, el director del centro docente se entrevista con el padre y le aconseja mayor dedicación para con su hijo. Mr. Cheney (Melvyn Douglas), decide llevarle con él a hacer un viaje a Europa y durante la travesía, Harvey cae accidentalmente por la borda, siendo rescatado por Manuel (Spencer Tracy), un pescador enrolado en la tripulación de una goleta que hace la campaña del bacalao en los bancos de Terranova.
Aunque intenta que le devuelvan a tierra, prometiendo que su padre pagará lo que le pidan, el capitán del barco le replica que están muy lejos de puerto y que no está dispuesto a perder la temporada pesquera por hacer un viaje no previsto, así que tras poner en su sitio a Harvey, que sigue con sus modos altivos y maleducados, decide enrolarle en la tripulación como grumete.


Adaptación del libro del mismo título de Rudyard Kipling. Lo que Kipling despacha con unas pocas páginas en las que nos queda claro que Harvey es un niño mimado y caprichoso, en la película se convierte en media hora de cinta, además se exagera la actitud del niño, convirtiéndolo en un ser odioso que miente más que habla y manipula a quien haga falta con el fin de hacer efectivos sus caprichos.
Manuel, que en la novela no tiene una especial relevancia sobre el resto de la tripulación, aparte de haber rescatado a Harvey, en el film toma la entidad de un personaje que, prácticamente, comparte protagonismo con el niño. Manuel es un tipo al que se envuelve en una aureola poética que pasa a representar los valores que nunca ha tenido el padre de Harvey para con este.
Hay otra serie de modificaciones, como la de convertir a Harvey en huérfano de madre, alterar toda la última parte de la novela, o la pequeña licencia de trasladar en el tiempo la acción desde la época en que la escribió Kiplng a los años 30 del siglo pasado en que se rodó el film.
Por lo demás, siempre insistimos en lo mismo, es una adaptación, sí en efecto, se basa en una novela anterior, de acuerdo, pero desde el momento en que se escribe la primera línea del guión, pasa a ser una obra con señas de identidad propias y en el presente caso, Victor Fleming construye una película que tiene sus propios valores, sus defectos y sus virtudes, bien es cierto que en algunos tramos, como no podía ser de otro modo, coinciden con los del texto que le ha servido como base.


Con unos cuantos secundarios muy conocidos (Lionel Barrymore, Melvyn Douglas, Mickey Rooney, John Carradine...) que le dan un especial empaque, pues estamos hablando de gente de primer nivel en el mundo de los llamados actores de reparto y dos protagonistas que están muy bien, el niño, Freddie Bartholomew que, por desgracia, está en el papel cumbre de su carrera y decimos por desgracia, porque sus trabajos posteriores no le consagraron en absoluto como la gran estrella que prometía y, por supuesto, un Spencer Tracy que, a pesar de las reticencias que puso para aceptar el papel, consigue uno de sus mejores trabajos que le llevaron a obtener su primer Oscar.
El film se ha convertido en otro clásico, en la representación de un cine que, para bien o para mal, ya no se hace. A mí me rechina un poco el excesivo tinte lacrimógeno que le concede Fleming (de verdad que viendo esta peli, se le saltan a uno las lágrimas), aunque lo hace tan bien que a muchos es lo que más les gusta de la película.
En fin, para mí tiene un especial valor sentimental, me trae recuerdos pesonales, me parece oír a mi padre que debió verla por primera vez en su juventud, tarareando el sonsonete de los marineros cuando limpian el pescado o cuando se cruzan con algún personaje que no les cae bien ("¡Qué hombre tan fatal!, ¡qué hombre tan fatal!), o el estribillo de la canción que canta Manuel: "Ay mí pescadito deja de llorar, ay mi pescadito no llores ya más".




jueves, 16 de abril de 2015

EL LIBRO DE LA SELVA

Esta obra supone una sorpresa para quienes nos acercamos a leerla, porque de buenas a primeras nos encontramos con una colección de relatos, cuando en nuestra mente tenemos solamente la historia de Mowgli que identificamos con el título del libro. Es cierto que Mowgli y sus aventuras ocupan la mitad del libro, pero allí encontramos otros cuentos no menos atractivos que este, a pesar de que sean más cortos y menos conocidos, todos ellos con animales que tienen su propio lenguaje con el que se comunican entre sí y que están dotados de una cierta inteligencia que les permite pensar y tomar decisiones. Los relatos de estos animales humanizados que conviven en armonía, unas veces y enfrentados, otras, con el hombre, son estos:

"Quíquern", protagonizado por un esquimal y por su perro de trineo.

"La foca blanca", protagonizado por una foca del citado color, que desea salvar a sus congéneres de las matanzas que los humanos hacen de ellos, y busca por todo el mundo un santuario virgen para su raza.

"Rikki-tikki-tavi", que es el nombre de una mangosta, la cual halla acomodo en el jardín de una familia, y en muestra de fidelidad y agradecimiento se propone limpiarlo de cobras y otras serpientes peligrosas, jugándose la vida en el empeño.

"El milagro de Purun Bhagat", la historia de Purun Bhagat, un hindú criado a la inglesa, que abandona su alta posición social y su celebridad en ambos mundos para vivir como un santón.

"Toomai de los elefantes" es la historia de Toomai, el jovencísimo descendiente de un linaje de mahouts (conductores de elefantes) y de su magnífico elefante Kala Nag. Toomai desafiará la voluntad de su padre, pues desea ser cazador de elefantes salvajes y no mahout.

"Los servidores de Su Majestad", en el que mulos que cargan con piezas de artillería de montaña, entre ellos el joven Billy; Dos Colas, el elefante que arrastra el más pesado de los cañones, una pareja de bueyes que también transporta cañones, o el caballo de Dick Cunliffe, que van todos ellos a participar en la gran parada militar ante el Virrey de la India y los camellos que forman parte del séquito que acompaña al Emir de Afganistán, dialogan sobre sus hazañas, sus pesares, su entrega a los deseos de sus dueños y los peligros que corren en las batallas.

En cuanto a la historia de Mowgli, apuntar que el protagonista no es exactamente como nos lo pinta la edulcorada película de Disney, ni sus amigos y protectores Baloo y Bagheera, tienen demasiada semejanza en sus caracteres con los que se nos relatan en la película.
Muchos han querido ver en El libro de la selva y sobre todo en el relato de Mowgli, un paralelismo con el Imperio Británico y sus normas, pues Kipling era un convencido defensor del imperialismo británico. Nos pinta una sociedad, la de la selva, con sus leyes, que han de cumplirse y precisamente quienes no las acatan (los monos), se nos presentan como seres problemáticos y peligrosos para la convivencia pacífica.
Al final de "Los servidores de Su Majestad", uno de los oficiales asiáticos llegados con el Emir, pregunta a un oficial indígena, cómo han logrado el prodigio de que todos los animales se muevan en la parada militar con tal precisión.

––Se ha dado una orden y luego se ha acatado.
––¿Pero es que los animales son tan inteligentes como los hombres? ––preguntó de nuevo el jefe.
––Obedecen, como los hombres.
––¡Si hubiera algo parecido en Afganistán! ––exclamó el jefe––. Allí nadie obedece más que su propia voluntad.
––Y por eso ––comentó el oficial indígena––, vuestro emir, a quien no obedecéis, debe presentarse aquí para obedecer las órdenes de nuestro virrey.


En cualquier caso, todos los relatos comparten su ubicación en la naturaleza, en lugares salvajes, y con el hombre (y los mismos animales, a veces), viviendo en precarias condiciones y sometidos a peligros de todo tipo.

Un libro bonito, con hermosas descripciones y pasajes de gran belleza, que nos presenta la naturaleza tal como es, llena de encanto, pero al mismo tiempo, cruel y despiadada, porque la vida de unos depende de la muerte de otros.






miércoles, 15 de abril de 2015

EL CAPITÁN VENENO

Jorge de Córdoba (Fernando Fernán Gómez), capitán del Ejército español, sin destino por culpa de su carácter agrio que le ha valido el apodo de "Veneno", jugador de tute, mal perdedor, que excepto en el juego, canta las cuarenta a quien se le cruce en el camino, misógino por naturaleza y enemigo de la infancia por convicción, descubre, por pura casualidad un complot que tiene como objetivo derrocar a la reina Isabel II.
Cuando quiere hacer partícipes de su descubrimiento a las autoridades, se encuentra con que no le reciben y cuando lo hacen, toman su denuncia como una exageración.
Sin embargo, la asonada se produce y, como no podía ser menos, aunque no se encuentra en servicio activo, el capitán, fervoroso defensor del orden establecido, toma parte en la defensa de los intereses de la monarquía al frente de un pelotón de soldados.
Desde una tronera de la calle Preciados, alguien dispara y hiere de gravedad al capitán, que queda tendido y abandonado en el suelo. Angustias (Sara Montiel), una jovencita que vive en aquella calle, presencia la escena y convence a su madre y a la criada, para que la ayuden a recoger al desamparado herido antes de que se desangre.


Basada en el Relato del mismo título de Pedro Antonio de Alarcón. El guión, del propio Luis Marquina, realizador del film y con diálogos adicionales de Wenceslao Fernández Flórez, enlaza con la novela cuando casi llevamos media hora de película, pues casi todo lo anterior es un añadido que sirve para presentarnos el carácter del protagonista e introducir una serie de elementos que no están en la obra de Alarcón, entre ellos, nada menos que la presencia de José Zorrilla (Miguel Pastor).
Con música de Cristóbal Halffter, la fotografía es de Juan Mariné que, según cuenta él mismo, se encontró con la dificultad añadida de que Marquina deseaba muchos tonos claros (los aficionados saben que los directores de fotografía en la época del blanco y negro, huían como de la peste del blanco y del negro, prefiriendo los tonos intermedios).
El film se rodó en los estudios Roptence, una empresa que se fue al garete con el rodaje de "Wolfram", el malogrado intento de Manuel Mur Oti y que forman parte de la historia del cine español en su intento de emular los modelos de Hollywood, o más bien los más cercanos del cine italiano.


Con un Fernán Gómez que dota a su papel de un carácter histriónico, casi sobreactuado que, supongo le pediría el realizador, ya que es una caricatura de un misógino y una Sarita Montiel que está bastante bien, cuenta en su reparto con algunos nombres muy conocidos del panorama español: José Isbert, Manolo Morán, Julia Caba Alba, Joaquín Roa, Amparo Martí...
La película es un sainete divertido, con algunos diálogos de cierto nivel, un producto hecho con entrega y dedicación en una época nada fácil para sacar adelante proyectos de este tipo, que cumple de sobra su papel de entretenimiento con un mínimo de calidad.




martes, 14 de abril de 2015

CAPITANES INTRÉPIDOS

Harvey ha crecido como un niño mimado, malcriado, déspota y caprichoso, hijo de un multimillonario magnate de los ferrocarriles. Su padre, centrado en sus negocios, apenas le presta atención y le concede una vida fácil llena de lujos (con apenas dieciséis años tiene doscientos dólares al mes para sus gastos). En un viaje a bordo de un enorme trasatlántico, en compañía de su madre, se cae por la borda, mareado por un fortísimo cigarro que se fuma para impresionar a otros viajeros. Es literalmente "pescado" por Manuel, un marinero portugués que pertenece a la tripulación del pesquero We're here, capitaneado por el veterano Disko Troop. Una vez a bordo, comienza por comportarse de forma arrogante, pero tras ser puesto a raya por Troop, que no vacila en propinarle un fuere puñetazo que le deja sangrando por la nariz, termina sirviendo como grumete, trabando amistad con Dan (el hijo del capitán), madurando a marchas forzadas, disfrutando de la vida a bordo y de la camaradería del resto de marineros, sintiéndose orgulloso de sus logros, saboreando la sensación de pertenecer a esa especie de hermandad del mar y, en definitiva, cambiando y convirtiéndose en una mejor persona, un "joven adulto" despierto, maduro y voluntarioso que reniega de su vida anterior.
La novela tiene un claro mensaje moral, pero está envuelta en un tono de aventura de ritmo ágil y ameno, con brillantes descripciones de la vida de los pescadores de los bancos pesqueros del Atlántico Norte.
Kipling conoció los Estados Unidos, que recorrió, y para su libro se vale de la mítica industria pesquera del Estado de Massachusetts (en cuyas costas comienza Moby Dick). El We're Here atraca en una localidad llamada Gloucester, sede de la flota bacaladera en la que destaca el barco del capitán Disko Troop. Si bien la pesca del bacalao no tiene el exotismo ni la épica de otras grandes odiseas marinas, el autor consigue darle un cariz heroico, convirtiéndola en una lucha del hombre contra los rigores del océano, y en una persecución casi frenética de los bancos de peces, a los cuales el experimentado Troop y su tripulación casi parecen presentar batalla en vez de pescarlos.
Al final del libro, la intención moral de Kipling se hace más notoria, y vemos a través de los logros de Harvey, de cómo reconduce su vida y de cómo desprecia los lujos y la frivolidad de su existencia pretérita, que el autor desea exaltar las virtudes del trabajo duro y disciplinado, así como la importancia de la figura paterna en la educación de los niños.
Capitanes intrépidos, es una especie de viaje iniciático, en el que el joven Harvey, tras casi morir ahogado, nace de nuevo para descubrir qué es lo que se esconde tras esa vida de lujo y comodidad que lleva, que hay unos hombre que se juegan la vida para que él pueda comer un buen pescado sentado tranquilamente en una mesa lujosamente adornada. Un clásico recomendable sobre todo a los amantes de la literatura de aventuras que tanto auge adquirió a finales del XVIII.



lunes, 13 de abril de 2015

EVA AL DESNUDO

Margo Channing (Bette Davis) es una de las más grandes estrellas en Broadway, pero a pesar de su éxito está cada día más atormentada por el paso del tiempo. Acaba de cumplir cuarenta años y ha dejado atrás una juventud a la que se aferra.
Eva Harrington (Anne Baxter) una joven bella, humilde y que siente una enfermiza idolatría por Margo ha estado acudiendo al teatro todos los días para verla actuar. Un día, al acabar una de las representaciones de Margo, Karen Lloyd (Celeste Holm), esposa del escritor de la obra, se encuentra en la entrada trasera del teatro con Eva y la invita a conocer a Margo en su camerino. Tras contarle a Margo su triste pasado y lo mucho que la admira a ella y a su trabajo, Margo le coge cariño, se compadece de ella y termina acogiéndola en su casa, contratándola como secretaria. Sin embargo, no se percata de que esta nueva compañía es una amenaza para su carrera y poco a poco la joven comienza a reemplazarla, tanto en el trabajo como en su vida privada. La única que sospecha de Eva es la sirvienta de Margo, Birdie (Thelma Ritter).
La situación se va haciendo cada vez más tensa, hasta que un día en el que van a hacer una prueba a la señorita Casswell (Marilyn Monroe), una aspirante a actriz protegida del crítico teatral Addsison DeWitt (George Sanders), Margo, que ha de darle la réplica, llega con dos horas de retraso al teatro y se entera de que la prueba terminó hace rato, habiendo sido sustituída ella por Eva, de la que todos se deshacen en alabanzas.
A partir de ese momento, como dice Bette Davis en una de las frases memorables del film: "Abróchense los cinturones de que esta noche habrá tormenta ".


La película esta basada en el relato "The Wisdom of Eve" ("La Sabiduría de Eva"), publicado en la revista "Cosmopolitan", en el que en apenas tres páginas, su autora, Mary Orr, contaba la experiencia de una conocida suya llamada Elisabeth Bergner que había vivido una situación similar a la narrada en el film.
Años después del estreno en Estados Unidos, se hizo un musical en Broadway, "Aplausos", protagonizado por Lauren Bacall, a modo de adaptación del film. Varios años después se realizó una película para televisión con el mismo nombre, lo curioso de todo esto es que la actriz que interpretaba a Margo Channing abandonó, y su sustituta fue Anne Baxter, quien había interpretado a Eva en la primera cinta.



La película estuvo nominada en 14 apartados a los premios de la Academia de Hollywood de aquel año, un récord nunca igualado hasta la llegada de "Titanic"
Uno de mis personajes favoritos del mundo del cine, la diseñadora de vestuario Edith Head, se llevó uno de ellos, uno de los ocho que consiguió en su carrera y que la convierten en la persona que más galardones de este tipo ha conseguido.
Anne Baxter consiguió que su intervención fuera considerada en el apartado de actriz protagonista y compitió con Bette Davis, seguramente los votos que consiguió la primera hubieran ido a parar a Davis y le hubieran dado el premio, al final, ni una ni otra se llevaron el galardón, algo que sí consiguió George Sanders con su monumental intervención.


Estamos hablando de una película que es un mito en la historia del cine, Joseph L. Mankiewicz, sobre una historia que en apariencia gira alrededor del mundo del teatro y sus entresijos, construye un reflexión sobre la vida misma dotando a todos los personajes de una humanidad que nos resulta tan cercana que los hace completamente creíbles y a la película la convierte en un producto que, pese a sus dos horas largas de duración, te queda atrapado desde el principio hasta los títulos de crédito finales.


El film se apoya en un magnífico guión y en un trabajo interpretativo de gran nivel. Con unos diálogos fantásticos y con unos actores que dan todo lo que uno puede exigir de un intérprete, con un George Sanders que se sale y la magnífica labor de las tres intérpretes principales, acompañadas de una grandiosa Thelma Ritter, como siempre, brillante. Hasta en su fugaz aparición, una casi novata Marilyn Monroe, cumple, haciendo el papel que siempre hizo, incluso en su vida real.


Lástima de final (esto es por ponerle algún pero, que conste) que se me antoja redundante y un poco decepcionante para el espectador inteligente, como si Mankiewicz pasara el rotulador de subrayar para hacernos más patente un mensaje que ya ha quedado de sobra claro a lo largo de esta excelente película.
Para ver y disfrutar este film que pone uno de sus acentos en el paso del tiempo, algo que a la cinta no le ha afectado en absoluto, pues se ve con el mismo placer de siempre.




sábado, 11 de abril de 2015

EL ORO DE MALLORCA

A finales de 1913, Rubén Darío es invitado por el pensador y mecenas mallorquín Joan Sureda Bimet a pasar unos días en la cartuja de Valldemosa, en la que muchas décadas atrás habían residido Chopin y George Sand.
Fruto de esa estancia, surge un libro publicado por capítulos en el diario La Nación, titulado El oro de Mallorca, escrito en parte en Valldemosa y acabado en París.
El protagonista y narrador es Benjamín Itaspes, un músico que acude a la antigua cartuja en busca de reparar su maltrecha salud, invitado por un amigo que en esos momentos ocupa el histórico edificio.
Casi todo en la novela es trasunto de situaciones o historias reales, comenzando por el evidente paralelismo del músico que va a curarse, como aquel Chopin que fue allí a tratar de recuperarse de su tuberculosis. Fuera de eso, Benjamín Itaspes es un retrato del propio Rubén Darío, cuando nos cuenta los problemas que vivió con la separación de sus padres y que fue criado por una tía, Darío nos está contando su propia infancia y primera juventud. También cuando nos relata, en unas páginas cargadas de suave erotismo, su encuentro con la mujer que acompañará los últimos días de su estancia en Mallorca, elige para ella el nombre de Margarita, un nombre que unido a Rubén Darío, es más bien un símbolo y una evocación de la mujer ideal, como lo es la propia Isla, convertida por mor de la ágil prosa del autor en un paisaje y un territorio casi mitológico.
En la novela también son reconocibles, además de los lugares, personajes reales que formaban parte del círculo de amistades del poeta, como Santiago Rusiñol, cuya compañía frecuentó en la Isla.



viernes, 10 de abril de 2015

MUJERCITAS

Meg (Janet Leigh), Josephine (June Allyson), Amy (Elizabeth Taylor) y Beth (Margaret O'Brien), son cuatro hermanas, cuyo padre está en el frente durante la Guerra Civil norteamericana, prestando servicios a los combatientes en su condición de pastor episcopaliano.
Mientras tanto, ellas viven con su madre en su casa de Nueva Inglaterra, saliendo adelante como buenamente pueden, pues sus ingresos económicos han disminuído notablemente.
A pesar de todo ello, la alegría y el optimismo reinan en la casa, merced a la juventud y buen ánimo de las hermanas.
A la residencia que está frente a la suya, acaba de llegar Laurie (Peter Lawford), que se fugó del colegio para ir a combatir alegando más años de los que tenía en realidad y que ha regresado a retaguardia para ser acogido por su tío Mr. Laurence (C. Aubrey Smith). Tras coincidir con las hermanas en la calle y la autopresentación que hace Jo, Laurie, su tío y la familia March, tendrán una relación realmente fraternal que les llevará a compartir alegrías y tristezas.
Aunque Laurie le declara a Jo el amor que siente por ella, esta le rechaza porque su objetivo es trasladarse a Nueva York donde tratará de abrirse camino como escritora, su gran pasión. Allí conocerá al profesor Bhaer (Rossano Brazzi), con quien descubrirá el mundo de la cultura neoyorkina, visitando museos y asistiendo al teatro y a la ópera.


El guión se basa en la famosa novela autobiográfica de Louisa May Alcott, que lleva el mismo título. Junto a la adaptación que llevó a la pantalla George Cukor, con Katherine Hepburn como Jo, son las que gozan de las preferencias del espectador, pues la novela ha sido llevada al cine y al teatro en las más variadas versiones.


La película sabe encontrar bastante bien el equilibrio entre el texto original y su traslación a la pantalla, siempre sobre la línea de lo pasteloso y edulcorado, pero sin llegar a traspasarla; jugando con los sentimientos, la ternura y lo lacrimógeno, pero sabiendo dar el giro oportuno cuando se asoma al precipicio.
La Metro puso en el film toda su artillería pesada, con un plantel, tanto de protagonistas como de secundarios, que era de lo mejorcito que tenía en aquel momento, incluyendo a la entonces niña prodigio Margaret O'Brien y a una desconocida Elizabeth Taylor. Y por si fuera poco, una partitura musical de Adolph Deutsch, una brillante fotografía en color y una ambientación que, vista ahora, resulta artificial pero muy entrañable, y que entonces supuso todo un logro.


Todavía hay quien tacha el texto de May Alcott de trasnochado y de dejar a la mujer en un papel de buen ama de casa de recatada educación. ¡Cómo se puede decir algo así de un libro publicado en 1868, en el Jo, la protagonista, representa los valores de la independencia en un mundo absolutamente dominado por hombres!
Mujercitas, tanto el libro, como esta película de la que hoy hablamos, se ha convertido ya en un clásico que narra la experiencia vital de unas jóvenes que, junto a una madre ejemplar, van realizando un aprendizaje, a veces doloroso, a veces fascinante, de la vida y del amor, y con el que miles de mujeres de varias generaciones se han sentido identificadas, porque en la riqueza de matices que proporcionan los distintos caracteres de las hermanas, siempre encuentran algún paralelismo con situaciones vividas por ellas mismas.
Alguien ha dicho, creo que acertadamente, que Mujercitas hay que verla o leerla, o las dos cosas, al menos dos veces en la vida, una de joven y otra de mayor y yo añado que en ambas ocasiones nos emociona.