lunes, 30 de abril de 2018

EL HOBBIT: UN VIAJE INESPERADO

Un día el hobbit Bilbo Bolsón (Martin Freeman) recibe en la Comarca, donde vive, la visita del Mago Gandalf (Ian McKellen), que desea que se una a él en una importante aventura, recibiendo la noche siguiente en su casa la visita de 13 enanos entre los que está Thorin Escudo de Roble (Richard Armitage), heredero del trono que planea reconquistar Erebor, de cuya Montaña Solitaria, repleta de oro, tras siete siglos de vivir en ella, los enanos fueron expulsados por el dragón Smaug, que se adueñó del tesoro. Pese a su reticencia inicial, Bilbo se decide a acompañarlos.
Durante su camino se encuentran con tres trolls que les robaron tres ponis, y al tratar de recuperarlos son descubiertos y los trolls deciden cocinarlos, debiendo salvarlos Gandalf tras distraerlos Bilbo, hasta el amanecer en que acaban convertidos en piedra por el efecto de la luz del sol, encontrando tras ello en su guarida varias espadas élficas, con las que se hacen, quedándose Bilbo con una pequeña daga que él podía usar como espada por su estatura y que se vuelve azul cuando detecta peligro.
Siguen en su huida alertados por Radagast el Pardo (Sylvester McCoy), que ha visto extraños presagios, estando el bosque verde donde habita, en peligro, amenazado por oscuros poderes.
Les ayudará posteriormente a despistar a los miles de orcos que, tras detectar su presencia, les persiguen, estando a punto de morir por el ataque orco, hasta que un pasadizo y la llegada de los elfos les ayudan a escapar.
Acuden tras ello a Rivendel, pese a los recelos de Thorin que recuerda cómo los elfos se fueron sin ayudarles tras el ataque de Smaug.
Pero allí Elrond (Hugo Weaving) les ayuda a descifrar el mapa que tienen de Érebor, para poder entrar en su antiguo territorio, así como las inscripciones de las espadas encontradas a los trolls.
En Rivendel, Gandalf se reencuentra con Galadriel (Cate Blanchett), que puede leer su mente, y con Saruman (Christopher Lee), contrario al intento de los Enanos de reconquistar Erebor.
Temiendo que les impidan seguir con sus planes, los Enanos huyen, siendo sorprendidos en medio de una lucha entre las montañas, estando a punto de perecer en el conflicto, aunque logran salir con bien, al resguardarse en una caverna para dormir y cuando Bilbo parece decidido a abandonarlos debido a las críticas de Thorin, el suelo se abre a sus pies y caen en una trampa preparada por los trasgos, siendo Bilbo el único que logra escabullirse, mientras los demás son apresado, amenazando el Gran Trasgo con entregarlos al Gran Orco Blanco.


Precuela de la trilogía "El Señor de los Anillos", obra de J.R.R. Tolkien.
El guión contiene, casi punto por punto, todo lo que relata la novela de Tolkien y, no sólo eso, sino que añade algunas cosas que no aparecen en la misma, por ejemplo, la larga escena del mago Radagast el Pardo en el bosque verde, junto a los animales por los que vela, en el libro se le menciona, pero no aparece. Hay más cosas de este tipo  en el film.


Esto que hemos comentado es una de las cosas que dividen a los partidarios y detractores de la película. Los muy puristas con la obra de Tolkien, reniegan de todos estos añadidos, mientras para otros, las escenas añadidas con respecto a la novela, sirven para mejorar el relato.
Yo creo que hay de todo un poco, pero en general, lo que sí hace es alargar la película, haciéndose algo lenta en algunos pasajes y para un film de más de tres horas, esto puede ser un grave lastre.
En parte por ese alargamiento, para algunos injustificado, de determinadas secuencias y en parte porque podrían ser perfectamente prescindibles sin dañar la narración, otra de las acusaciones que ha de soportar Peter Jackson, el realizador de la película, es la de grandilocuencia injustificada.
En fin, ya saben, opiniones para todos los gustos, el caso es que hay que distinguir esta serie del Hobbit de la de El Señor de los anillos, en que la épica estaba más presente, aunque aquí no faltan escenas de combate, pero asistimos más a un viaje iniciático, en el que Bilbo pasará de joven a adulto, que se nos narra como una especie de cuento y ese es el sentido central de la historia.
Entretenida, pero, para mi gusto, demasiado larga para lo que cuenta.




viernes, 27 de abril de 2018

LA REBELIÓN DE ATLAS: PARTE II

En 2018 la economía global está al borde del colapso; el desempleo ha aumentado al 24% y los precios de la gasolina se han disparado, lo que hace que el ferrocarril se convierta en el principal medio de transporte del país. El gobierno, dirigido por el Dr. Robert Stadler (Robert Picardo) del Instituto de Ciencias del Estado, es incapaz de duplicar la capacidad del desaparecido empresario Ellis Wyatt's para producir petróleo. Dagny Taggart (Samantha Mathis), vicepresidenta a cargo de las operaciones de Taggart Transcontinental, está soportando la carga de la crisis de la nación. A pesar de la disminución de las ganancias y el aumento de las regulaciones gubernamentales, ella lucha para mantener el ferrocarril de su familia con vida, pero su hermano y consejero de la empresa, James Taggart (Patrick Fabian), se interpone en su camino a cada paso, al igual que los dirigentes de Washington y sus compinches. Dagny descubre lo que bien podría ser la solución a la crisis energética en las profundidades de las ruinas de una fábrica que alguna vez fue productiva, donde encuentra un motor revolucionario que aparentemente podría alimentar al mundo entero. Pero no sabe cómo poner en marcha este motor y no se puede encontrar una explicación de su diseño. Mientras, Francisco D'Anconia (Esai Morales), el amigo más antiguo de Dagny, lanza mensajes crípticos y destruye a propósito su centenaria empresa familiar, lo que supone un misterio para Dagny, mientras ella recorre todo el país para encontrar al inventor del motor, la única persona que ella cree que es el antídoto contra las tácticas de sus enemigos.


Segunda entrega de la trilogía basada en el famoso libro de Ayn Rand, en el que expone la llamada filosofía del objetivismo.
En esta segunda parte, se expone de manera más clara y contundente el mensaje en contra de la socialización de la riqueza y la defensa a ultranza de la economía de mercado frente a la economía dirigida.
Es posible que el mensaje quede algo endeble en algunos pasajes, pero es difícil resumir las densas páginas del libro de Rand, algo que resulta necesario para no alargar en exceso la duración de la película.
Tampoco están bien recogidas algunas de las cosas que se relatan en la novela, como la indiferencia de las masas, que únicamente reaccionan al final y que aquí se ve que están protestando en la calle de manera casi permanente.
Aunque a alguno de los personajes le falta fuerza, en general el mensaje queda bastante claro y el espectador puede hacerse una idea de qué es lo que postula esa llamada filosofía del objetivismo. En su momento, veremos lo que da de si la tercera parte.




jueves, 26 de abril de 2018

WONDER WHEEL

La película cuenta la historia de cuatro personajes cuyas vidas se entrelazan en el ajetreo de la animación del parque de atracciones de Coney Island en los años 50: Ginny (Kate Winslet), una antigua actriz emocionalmente inestable que ahora trabaja como camarera en un restaurante de pescado y marisco; Humpty (Jim Belushi), el áspero marido de Ginny, operador del tiovivo; Mickey (Justin Timberlake), un joven y guapo socorrista que sueña con llegar a ser dramaturgo; y Carolina (Juno Temple), la hija de Humpty que regresa a casa huyendo de unos gangsters.
Tras la conmoción emocional que supuso el divorcio de su anterior marido, Ginny encuentra consuelo casándose con  Humpty, otro alma rota, una persona destrozada tras la muerte de su esposa y la pérdida de su hija Carolina, que ha huido para casarse con un matón del barrio. Humpty tiene problemas con la bebida y consigue a duras penas mantener su empleo, pero sí que le proporciona a Ginny, y a su problemático hijo Richie (Jack Gore), una hogar, aunque sea un pequeño piso inmerso en el ruido de la animación de la famosa noria del parque Coney Island. Aunque Ginny encuentra cierta estabilidad con Humpty, se siente desconsolada por tener que abandonar su sueño de trabajar como actriz y tener que hacerlo de camarera, por su matrimonio con un hombre más interesado en la pesca que en cosas más valiosas, y por su incapacidad para ayudar a Richie, que tiene sus propios problemas emocionales.


Seguramente no es su mejor película, pero es una buena película, con una historia que no es original, pero que tiene cierto atractivo, por lo bien narrada que está y porque logra que el espectador se halle inmerso, sin apenas darse cuenta, en un mundo de gente corriente, con problemas que no tienen gran cosa de extraordinario, pero que hace parecer como si aquello fuera una gran historia.
Y es que si algo tiene Mr. Allen, es maestría a la hora de dejar fluir una historia que puede antojársenos intrascendente, pero que merced a algunos pasajes brillantes en los diálogos da la sensación de ser más de lo que es.


Magnífica fotografía de Vittorio Storaro y una selección musical brillante, como tantas veces en las películas de Woody Allen, que demuestran el buen gusto a la hora de seleccionar temas musicales, la mayoría de ellos, entre clásicos de la música ligera de la década de los cincuenta.


Hay quien ha querido ver en el film una especie de autoreivindicación del realizador neoyorkino frente a las criticas de promiscuo y cuasi pederasta, cuando todo aquello de su separación de Mia Farrow y sus relaciones con su hija adoptiva y actual esposa de Woody, Soon-Yi, 35 años menor que él. Aquí nos presenta a un pretendido intelectual, el salvavidas de la playa (supuestamente el alter ego del realizador), que mantiene relaciones con la madre y con la hija y a aquella la pinta como una neurótica, mientras él, que es el narrador de la historia, no solamente sale de rositas en cuanto a culpabilidad en el trágico desenlace del film, sino que se permite dar lecciones de moral a su antigua amante: "¿Vas a ser capaz de vivir con ese peso en tu conciencia el resto de tu vida?"
Desde luego, si se le quieren sacar parecidos con la vida de Woody, haberlos los hay y los más malvados, lo que ven es un torpe intento de autojustificarse, con esta historia en que la noria es toda una metáfora de la vida, .
Como metáfora (mientras vamos montados en la noria, podemos soñar lo que queramos, incluso tenemos la impresión de vivir en otra dimensión, pero aquello es un espejismo y en cuanto apoyamos los píes en el suelo, de nuevo nos vemos en el mismo lugar en que estábamos antes de subirnos), Woody visita lugares ya explorados en anteriores películas suyas, incluso explícitamente nos habla del destino, el "fatum" griego y su inexorable intervención en nuestras vidas.
Como pretendido blanqueo de sus pecados, el de Brooklyn es burdo en su presunta excusa disfrazada de intelectualidad, desde luego el boceto que nos ofrece de Kate Winslet y su personaje de Ginny, como ser mezquino y desequilibrado, no puede ser más patético.
Veremos a ver cómo influye en su devenir el terremoto #MeToo, que llegó tarde por cuestión de meses al rodaje de esta película, pero que le va a salpicar de lleno en la que acaba de rodar A Rainy Day in New York. De momento, Timothée Chalamet, que forma parte del elenco de la película, anunció en Instagram que donará todo el salario de su trabajo en esta película a organizaciones benéficas: El Centro LGBT en Nueva York, Time's Up y RAINN, una organización contra la violencia sexual, mientras Rebecca Hall y Selena Gomez, que también actúan en el film, harán donaciones a Time's Up, tras las críticas por trabajar con Woody Allen.
En fin, si hay que enjuiciar, cada cual que saque sus propias lecturas.




miércoles, 25 de abril de 2018

BEL AMI, HISTORIA DE UN SEDUCTOR

París en la década de 1880 Georges Duroy (Robert Pattinson) es un antiguo soldado sin fortuna económica alguna, que ha pasado los últimos seis meses en París, apenas ganando lo imprescindible para sobrevivir, trabajando como como cajero en las oficinas del ferrocarril. 
En un club, se encuentra a un viejo conocido, Charles Forestier (Philip Glenister), con quien pasó tres años en la guerra de Argelia. El amigo le encuentra bastante desmejorado y le invita a su casa donde conoce a la Sra. Madeleine Forestier (Uma Thurman) y sus amigas Clotilde de Marelle (Christina Ricci) y Virginie Rousset (Kristin Scott Thomas). El esposo de la Sra. Rousset es editor del periódico conservador La Vie Française y ella le ayuda a conseguir un trabajo allí, a pesar de que el joven carece del talento y de la voluntad necesaria para ejercer la profesión de periodista. Inicialmente publica sus diarios de la guerra en el periódico. Paso a paso encuentra maneras de mejorar su estado social y financiero. Utiliza su ingenio y poderes de seducción para hechizar a las mujeres ricas, y cuando pasa de la nada a manejar cierta cantidad de dinero, el infierno se desata y los hechos se precipitan en la mala dirección.
A medida que descubre sus posibilidades de subir en la escala social se produce en él una progresiva degradación moral.


El guión adapta la novela Bel Ami, de Guy de Maupassant, en la que este retrata a la sociedad intelectual, política y financiera del París de finales del siglo XIX, pero sobre todo retrata a un hombre, el perfecto arribista, dispuesto a alcanzar el éxito a cualquier precio, puesto que está convencido de que el éxito es algo que la sociedad le debe en pago a lo que considera sus excepcionales prendas.


A pesar del esfuerzo en la ambientación, la película carece de esa calidad que hace reconocibles a los films británicos, muchas de las escenas están rodadas en planos cerrados que alejan la escena de la magnificencia de otras películas de época.
La historia está contada de una manera un tanto sesgada, no sé si es fallo del guión o que decidieron hacerla así directamente, con lo que la narración se centra mucho en las conquistas amorosas del protagonista, sin contarnos los detalles de por qué actúa de aquella manera, únicamente lo hace a través de unas pocas frases casi al final del film.
Una de las cosas que más se le han criticado a la película, es la elección del protagonista que desconcierta un tanto al espectador con su lenguaje gestual que, muchas veces, nada tiene que ver con lo que estamos presenciando en pantalla. Lo cierto es que el trío femenino está muy por encima en sus interpretaciones.
Entretenida pero muy irregular.




viernes, 20 de abril de 2018

GRANDES ESPERANZAS

Pip (Toby Irvine, de niño y Jeremy Irvine de joven), vive con su hermana y el marido de esta, un humilde herrero. Sueña con convertirse en caballero, es un niño huérfano que vive una infancia desgraciada. Tras un desagradable encuentro con un preso que ha escapado de las galeras ancladas en la costa, al que ayuda a quitarse unos grilletes, se establece como acompañante de una mujer solitaria y excéntrica, de excelente posición económica y social, que vive junto a una niña extraña y pretenciosa, Estella (Helena Barlow), en una gran mansión. Paralelamente, un desconocido benefactor le ofrece una educación exclusiva en Londres. Años después, Pip se ha convertido en un caballero dispuesto a convertir a Estella en su esposa.
Adaptación de la novela del mismo título de Charles Dickens, una de las más conocidas del escritor inglés, en la que mezcla sus propias experiencias con el realismo británico imperante en la segunda mitad del S.XIX.
Hay otras versiones cinematográficas de la novela, la más reciente, dirigida por el mexicano Alfonso Cuarón en 1998, con Ethan Hawke, Gwyneth Paltrow, Anne Bancroft y Robert De Niro y otra de 1946, que en España se titulo Cadenas rotas, de David Lean, con John Mills, Valerie Hobson, Martita Hunt, Alec Guinness y Jean Simmons.


Quienes no hayan tenido el placer de leer la novela de Dickens, tendrán ocasión de descubrir una obra plagada de personajes interesantes en la que, una vez más, el autor retrata la sociedad de su época con sus miserias y sus alegrías y en la que las clases desfavorecidas tienen un importante papel.
La película transcurre de manera pausada y va desgranado, mediante recuerdos que vuelven al presente, el pasado de alguno de estos personajes y las historias lúgubres y míseras que ocultan, para construír el puzzle final en el que todo se va aclarando.
Deja un final en el que será el espectador quien imagine el futuro de la pareja protagonista que, en cierto modo, rinde homenaje al propio Dickens, pues el final de la novela fue reescrito por este, porque al parecer, al público no le agradaba el que figura en las primeras ediciones.
De cualquier modo, creo que a la película le falta algo de fuerza narrativa, aunque tiene algunos pasajes más logrados que otros.




jueves, 19 de abril de 2018

EL TIEMPO ENTRE COSTURAS

Emitida con gran éxito en su día por Antena3 Televisión, la serie televisiva está basada en el bestseller homónimo de María Dueñas, y narra, en once capítulos, la vida de Sira Quiroga (Adriana Ugarte), una joven modista que, arrastrada por el amor hacia un hombre, abandona Madrid en los meses previos a la Guerra Civil para instalarse en Tánger. Pero allí las cosas no saldrán como ella tenía previsto, y se verá obligada a tomar las riendas de su vida. Totalmente sola, en un país desconocido, cargando con deudas ajenas, y con un corazón destrozado, el destino la llevará hasta Tetuán, la capital del Protectorado Español en Marruecos, donde luchará con todos los medios a su alcance para salir a flote.
En palabras de la autora de la novela, “Bajo esta trama esquemática se tejen múltiples lecturas transversales que la convierten a un tiempo en una novela de superación personal, una novela colonial, una novela de amor, una novela de conspiraciones históricas y políticas, y una novela de espías. Una novela de ritmo imparable cargada de encuentros y desencuentros, de identidades encubiertas y quiebros inesperados; de ternura, traiciones y ángeles caídos”.
Lo cierto es que la serie de la Corporación Atresmedia, rezuma cierta calidad por encima de la media a la que estamos acostumbrados en las televisiones de España, contando con una cuidada ambientación y unos medios económicos que permitieron grabar exteriores en Tetuán, Tánger o Lisboa, por ejemplo, algunos de los lugares en que transcurre la acción.
Bien interpretada por Adriana Ugarte, que lleva gran parte del peso, como no puede ser menos en un papel protagonista, entre el resto del elenco, hay de todo, interpretaciones buenas, aceptables y poco convincentes.
Es una pena que no logre desprenderse del aire de culebrón de sobremesa que tiene en muchos de sus pasajes, debido a un empeño en alargar escenas, de modo que en muchos momentos, aquello no avanza al ritmo que debería y uno tiene esa sensación que le queda en las telenovelas de que hay mucha paja y de que si hubieran suprimido unas cuantas escenas, aquello habría quedado bastante más dinámico. Cuando la estaba viendo no podía evitar una sonrisa entre la malicia y la decepción, por la pena que me daban la numerosas escenas de plano-contraplano y vuelta a empezar, con los actores estáticos, pensando en lo bien que podría haber quedado si se hubieran esforzado un poco más en lugar de empeñarse en que los episodios duren cada uno más de una hora, cuando no dan para tanto.
Eso por no hablar de las interminables introducciones en cada capítulo para recordarnos lo que ha ocurrido en los anteriores o en los nefastos aperitivos que se nos ofrecen de lo que va a ocurrir en el siguiente, con auténticos spoilers en sus imágenes.
Buen intento, argumento interesante, sobre todo en la primera parte, mientras la acción transcurre en Marruecos y un poco más manido en la segunda mitad, con la historia de los nazis en Portugal y todo eso. En esa segunda mitad baja bastante el interés y la calidad, hasta llegar a dos de las escenas del final, la que se rodó en la Plaza de Oriente y la del Castillo de Chinchón, que son penosas.
La pena es que pudo haber sido bastante mejor de lo que resulta al final en que se llega a hacer un poco pesada.




miércoles, 18 de abril de 2018

LOS JUEGOS DEL HAMBRE

Cada año, en las ruinas de lo que en su día fue Norteamérica, el Capitolio de la nación de Panem obliga a cada uno de sus doce distritos a enviar un chico y una chica adolescente a competir en los Juegos del Hambre, un retorcido castigo por un levantamiento que tuvo lugar en el pasado y una táctica de intimidación gubernamental continuada, son un acontecimiento retransmitido por televisión en todo el país en el que los "Tributos" (así llaman a cada uno de los participantes) deben luchar entre sí hasta que sólo quede un superviviente.
Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence), de dieciséis años de edad, se presenta como voluntaria en lugar de su hermana para participar en los juegos, y se ve obligada a confiar en su aguzado instinto, así como en los consejos de un antiguo vencedor borracho, Haymitch Abernathy (Woody Harrelson), cuando termina enfrentada a otros Tributos que han sido objeto de un entrenamiento intensivo y que se han estado preparando para estos Juegos durante toda su vida. Si quiere volver a su casa en el Distrito 12, Katniss deberá tomar decisiones imposibles en la arena en las que tendrá que contraponer la supervivencia a la humanidad, y la vida al amor.
A muchos, el personaje de Katniss les produce una especie de fascinación, una emoción visceral al verla encontrar su fuerza, voluntad y corazón bajo la presión más extrema que un adolescente pueda imaginar. Algo de esto debió ocurrirles a los ejecutivos de producción de Lionsgate Entertainment, que instantáneamente se dieron cuenta de que la novela, merecía ser llevada a la gran pantalla. Bueno, esto y un intento casi desesperado de sacar adelante la nada boyante economía de la productora.


Adaptación de la primera novela de la trilogía homónima de la estadounidense Suzanne Collins.
Pienso que el argumento que proporciona el libro está bastante desaprovechado, quizá porque el guión es flojo, pero también por las carencias en la realización a la que se acusa, entre otras cosas, de mover la cámara excesivamente.
Lo cierto es que la historia, visualmente, carece fuerza, la tensión que se debe vivir en una situación como la planteada, no se transmite al espectador que, por momentos, tiene la sensación de que en vez de una pelea a muerte, está presenciado una acampada de fin de semana de un grupo de adolescentes. Algo parecido ocurre con la historia romántica, los intérpretes apenas transmiten sentimientos.
La película es entretenida por la mucha acción que tiene, pero todo resulta demasiado previsible. Ya sabemos que buena parte del público potencial de una narración de este tipo, está formado por adolescentes, pero se nota demasiado que se han conformado con dirigirse a ese segmento y lo han hecho de la manera más convencional y poco imaginativa, de manera que el resultado final es una adaptación bastante deficiente.




martes, 17 de abril de 2018

SPQR. UNA HISTORIA DE LA ANTIGUA ROMA

Mary Beard, catedrática de Clásicas en el Newham College de Cambridge, miembro de prestigiosas instituciones académicas y Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2016, nos acerca con esta obra sus conocimientos sobre el mundo de la Roma antigua adquiridos a lo largo de cincuenta años dedicados al estudio e investigación sobre esos romanos del primer milenio.
¿Por qué una pequeña aldea del centro de Italia, fundada según sus propias tradiciones en el 753 a.C., se expandió de un modo tan espectacular? Esa es quizá la pregunta que planea sobre todo el texto del libro y a la que la autora trata de dar una respuesta coherente. Roma es algo más que el morbo que suscitan algunos de los actos de sus mandatarios, la admiración por sus éxitos militares o por sus brillantes obras públicas, al cabo de dos mil años sigue siendo la base de nuestra cultura y nuestra política, de cómo vemos el mundo y nuestro lugar en él. Las academias militares siguen estudiando las campañas de César, en los foros, Cicerón sigue siendo un ejemplo de elocuencia y no hay plan de estudios de derecho que se precie que no reserve una asignatura para el estudio en exclusiva del derecho romano.
Es un libro serio en su planteamiento y hecho con rigurosidad académica, pero se lee como una novela, pero no una novela aburrida, en palabras de Luis Alberto de Cuenca, Mary Beard no escribre como Faulkner o Proust, escritores tan aburridos y pesados de leer, sino que hay que pensar en novelistas chispeantes como Stevenson, para dar una idea del placer que proporciona la lectura de esta obra.
El trabajo de Beard ha sido arduo y resulta de lo más interesante, pues se dedica a una época de la que disponemos de poca información de primera mano, pues si de los últimos años de la República y primeros de gobiernos unipersonales, hay abundantes testimonios, la cosa se complica cuando buceamos en los tiempos más remotos (el libro se detiene en el año 212 d.C., cuando el emperador Caracalla adoptó la medida de convertir en ciudadanos romanos de pleno derecho a todos los habitantes libres del Imperio).
De cualquier modo, SPQR no es una obra de simple admiración y la autora se dedica a desmontar algunos de los mitos que han llegado hasta nosotros, tratando de hacernos ver, a través de los datos recabados, que los romanos no tenían un grandioso plan para conquistar el mundo, pero tampoco se dedicaron a aplastar brutalmente a pueblos pacíficos que se ocupaban de sus propios asuntos. Ni héroes, ni demonios.
Seguramente, como explica la propia autora, no debe exagerarse el hecho de que tengamos que aprender directamente de los romanos, ni siquiera de los antiguos griegos, la cultura occidental tiene una herencia muy variada, pero de lo que no cabe duda es de que muchos de nuestros supuestos actuales, sobre el poder, la ciudadanía, la responsabilidad, la violencia política o el lujo y la belleza, se han configurado y puesto a prueba en diálogo con los romanos y sus textos.
Un libro sobre un mundo fascinante que tan de cerca nos toca, recomendable por igual a los aficionados a la historia, tanto como a quienes, víctimas de este sistema educativo, quieran escapar de su discutible plan de conocimientos y ahondar de forma rigurosa, ingeniosa y amena en esta historia de romanos.



lunes, 16 de abril de 2018

ANNA KARENINA

La acción se sitúa en 1874 en la Rusia Imperial. Anna Karenina (Keira Knightley) esposa de Alexei Karenin (Jude Law), alto funcionario del gobierno viaja desde San Petersburgo a Moscú cuando su hermano, el príncipe Oblonsky (Matthew Macfadyen) pide su mediación para tratar de evitar que su esposa Dolly (Kelly Macdonald) lo abandone tras descubrir sus infidelidades.
Al mismo tiempo llega a Moscú Levin (Domhnall Gleeson), para pedir la mano de Kitty (Alicia Vikander), hermana de Dolly, aunque esta lo rechaza, pues está enamorada del Conde Alexei Vronsky (Aaron Taylor-Johnson), un apuesto soldado que acude a la estación para recoger a su madre. Allí conocerá a la que ha sido su compañera de viaje, Anna Karenina, sintiéndose ambos inmediatamente atraídos.
Tras cumplir con su cometido y conseguir la reconciliación de Dolly con su hermano, Anna accede a acudir a un baile de sociedad sabiendo que al mismo acudirá el conde, con el que accederá a bailar, bailando de hecho con ella la mazurca, baile en el que todos esperaban ver escenificado el compromiso de Vronsky con Kitty.
Anna regresa a San Petersburgo, encontrándose con que Vronsky viaja con ella haciéndose amantes de inmediato entre las críticas de la alta sociedad, llegando a quedarse embarazada de Vronsky.
Aunque Karenin trata de hacer oídos sordos a los crecientes rumores sobre su esposa y el conde, esta se delata cuando acude a ver una carrera de caballos y muestra, ante todos, sus sentimientos cuando Vronsky cae del caballo, confesándole tras ello a su marido que ama al conde y que está embarazada de él.
Karenin, que no desea un escándalo, le propone a su esposa dar su apellido al hijo que espera y que continúe viviendo con él y con su otro hijo, Seriozha (Oskar McNamara) a cambio de renunciar a su amor por Vronsky, negándose a concederle el divorcio.
Levin, por su parte, tras su desengaño amoroso vive en la granja heredada de su padre, dedicándose a trabajar duramente como un bracero más, mientras sigue soñando con Kitty, por lo que, cuando le informan de que tal vez la encuentre más dispuesta a aceptarlo, acude de nuevo a verla, encontrándola esta vez proclive a aceptar el compromiso.
Entretanto, y tras el parto, Anna enferma, estando a punto de morir, por lo que Karenin decide perdonar a Vronsky al comprobar que la ama de verdad y que sufre como él y tras ver que Anna parece arrepentida de su aventura.
Pero cuando Anna se recupera, olvida su arrepentimiento, y, aunque sin divorcio, se marcha con Vronsky y vivirá con él.


Basada en la obra del mismo título de Leon Tolstoi, considerada como uno de los hitos de la literatura universal.
Arriesgada propuesta del británico Joe Wright, pues la historia se desarrolla, en buena parte, en el interior de un teatro. Las transiciones, en vez de los típicos fundidos o los cambios de escena sin solución de continuidad, recurren al cambio de decorado, bien mediante la aparición de nuevos fondos de escenario, o del mobiliario en escena; en otras ocasiones es una puerta que se abre al exterior, o el deambular de la cámara entre bambalinas, en la zona de tramoyas, subiendo o bajando a otros pisos o trasladándose al patio de butacas o a los palcos.
Todo ello sin que resulte molesto ni excesivamente llamativo, una vez aceptado, para el espectador y sin que de la sensación, ni de lejos, de ser teatro filmado.


La obra de Tolstoi, sin embargo, pierde buena parte de su fuerza, no por esta forma de narrarla, sino porque hay partes enteras que desaparecen o quedan desvirtuadas, como la propia historia de Levin, que en la novela va alternando capítulos con la de la Anna, hasta el punto de que el propio personaje apenas aparece en escena y con ello desaparece también todo lo que Tolstoi nos cuenta de la vida en el campo y del malestar creciente de la población rural.
Por otro lado, la historia de Anna, también pierde buena parte del sentido que tiene en la novela, en la que vemos a una protagonista casada con un hombre mayor y de vida monótona, y sus amistades y la gente le rodea, también es gente mayor, como su marido. Aquí eso, no solo no se aprecia, sino que se nos muestra todo lo contrario, y pierde mucha fuerza el desgarro con el que vive la separación de su hijo, uno de los motivos importantes del texto del escritor ruso, con esa dicotomía que ha de enfrentar Anna entre vivir su propia felicidad, que para su desgracia, le llega en condiciones desfavorables y el deseo de mantener a su hijo a su lado, cuando las leyes le niegan tal posibilidad.
A la hora de la verdad, ante la pérdida de parte de la fuerza trágica de este intenso drama romántico, la película queda relegada a un impresionante espectáculo visual en el que todo parece girar en torno a la fastuosa y original puesta en escena. Nada que reprochar a decorados, vestuario, iluminación, etc., pero, por contra, algunas escenas parecen demasiado preocupadas por la composición y el efecto visual y acaba por perder atractivo y, una vez asimilada la propuesta por el espectador y desaparecido el impacto novedoso de la misma, salvo alguna escena determinada, se vuelve reiterativa en los recursos y se llega a perder el interés, al menos por quienes hayan leído la novela y sepan cómo acabará todo.




viernes, 13 de abril de 2018

ON THE ROAD (EN LA CARRETERA)

Nada más morir su padre, Sal Paradise (Sam Riley), un neoyorkino aspirante a escritor, conoce a Dean Moriarty (Garrett Hedlund), un ex-convicto de un encanto arrollador y casado con la súper liberada y seductora Marylou (Kristen Stewart). Sal y Dean se hacen amigos al instante. Determinados a no vivir una vida encorsetada, los dos amigos lo dejan todo y comienzan un viaje por carretera junto a Marylou. Sedientos de libertad, los tres jóvenes salen rumbo al sur en busca de nuevos encuentros y de ellos mismos.
La muerte del padre, supone para Sal una fuerte sacudida y además se encuentra desanimado porque considera que su carrera como escritor, está estancada, con lo que se embarca en esta gira buscando la inspiración que le falta y que le haga salir del atolladero en que se encuentra.
Al viajar juntos por el suroeste de Estados Unidos, se esfuerzan por romper con la conformidad y buscar lo desconocido, y sus decisiones cambian el curso de sus vidas. A ello contribuirán no poco los variopintos personajes con que se van encontrando, cada uno dejará algo de sí en los jóvenes viajeros.
La película quiere ser un reflejo de una generación que quiso cambiar el mundo en la que Kerouac (Sam Riley) estuvo acompañado por Allen Ginsberg (Tom Sturridge), Neal Cassady (Garrett Hedlund) o William Burroughs (Viggo Mortensen).


El guión se basa en la novela homónima de Jack Kerouac, que nos sitúa a finales de los años 40 y comienzos de los 50 para relatarnos un periodo de la literatura estadounidense muy particular: la aparición de la Generación Beat, un movimiento que se caracteriza por el rechazo de los valores clásicos estadounidenses, típicos de la burguesía, a los que opone la reivindicación de la libertad sexual, el uso de drogas y sustancias estimulantes y el estudio de la filosofía oriental; una forma de entender la vida que dejó un poso indudable en el movimiento hippie o contracultural. De hecho, el libro fue una obra de culto a partir de los 60.


Cincuenta años tardó en llevarse a la pantalla la novela de Kerouac, cuando muchos la estaban esperando y los intentos por llevar a cabo la tarea fueron incesantes. Cuando se produce algo así, te invita a pensar que algo ocurre y que la adaptación no debe ser sencilla.
Al final el brasileño Walter Salles recibe el encargo de hacer la película. Francis Ford Coppola, enamorado de la novela, cuyos derechos había comprado 40 años atrás, será el productor ejecutivo.
Pero el resultado es bastante decepcionante, nada del acercamiento a las filosofías orientales; la integración racial apenas representada por unas cuantas sesiones de jazz a las que acuden los protagonistas, que parecen un grupo de drogadictos inmaduros, aunque alguna vez tengan ramalazos intelectuales, y así sucesivamente, en una adaptación sin alma y en la que quien no haya leído la novela, no alcanza a explicarse cómo ésta tiene tanta fama si es parecida al peñazo que está presenciando.
El viaje trata de ser representado por bellas imágenes, muy bien fotografiadas, observadas a través de los cristales del automóvil y siempre en movimiento, lo que llega a hartarte un poco.
Una película bastante aburrida y que te deja con la boca abierta, pero no de admiración precisamente.




jueves, 12 de abril de 2018

SE LO LLEVARON: RECUERDOS DE UNA NIÑA DE CAMBOYA

Loung Ung (Sareum Srey Moch) es hija de un alto funcionario del gobierno camboyano, tenía cinco años cuando los Jemeres Rojos tomaron la capital de Camboya en 1975 y se vio obligada a abandonar Phnom Penh, su ciudad natal, con su familia.
Cuando los Jemeres Rojos tomaron la capital camboyana, Loung Ung y su familia fueron conminados, al igual que otros miles de personas a dirigirse hacia el campo. Para no llamar demasiado la atención, trataron de hacerse pasar por campesinos.
Tuvieron que trabajar de doce a catorce horas diarias e intentaron subsistir con escasas raciones de alimentos, pero llegó un momento en que, para sobrevivir, la familia tuvo que separarse.
Ung fue entrenada como una niña soldado en un campo de trabajo para huérfanos, mientras que sus hermanos fueron obligados a realizar trabajos de campo.
La historia se relata a través de sus propios ojos, desde que tenía 5 años, cuando los Jemeres Rojos tomaron el poder, hasta los 9 años. El largometraje muestra el indomable espíritu y devoción de Loung y su familia mientras luchan por mantenerse unidos.
Cuando el régimen de Khmer Rouge asumió el poder de Camboya en 1975, dio comienzo un reinado de cuatro años de terror y genocidio en el que murieron casi dos millones de camboyanos, muchos de ellos en los llamados Campos de la Muerte, lugares en donde miles de personas fueron asesinadas y enterradas en masa en fosas comunes por el régimen. Durante la historia podemos ver a través de la protagonista las causas ridículas por las que se ejecutaban a las personas. Estos lugares fueron convertidos en museos de la memoria años después, a fin de recordar a las personas que murieron en condiciones tan desastrosas.


El filme es la adaptación de las memorias escritas por Loung Ung, una superviviente al régimen jemer que en 2000 publicó su diario para exponer al mundo lo que había ocurrido en su país, aportando detalles de su experiencia como niña soldado en el genocidio camboyano. Sensaciones que Angelina Jolie ha tratado de plasmar desde el best-seller de la conocida activista por los derechos humanos, combinando escenas sensibles con momentos que parecen sacados de un drama bélico.
A pesar de que la película narra lo que la protagonista, al igual que miles de camboyanos, sufrió en sus carnes, no vayan a pensar que estamos ante un intento de tocar la fibra sensible del espectador, todo lo contrario, creo que se queda corta, aquellos años fueron un verdadero infierno en que murió el 25% de la población camboyana debido a la desnutrición, los trabajos forzados o los asesinatos en masa.
La película, dentro de la desgracia que retrata, tiene algo de poético en las largas escenas de silencio, en que la niña (entrañable y cautivadora la interpretación de Sareum Srey Moch) se entrega a sus reflexiones o trata de asimilar lo que está viendo. La cámara de Jolie se recrea en su rostro que nos transmite una mezcla de serenidad, belleza y fragilidad, que sin embargo logra imponerse estoicamente y sobrevivir ante las duras condiciones en que se desarrolla su día a día, un retrato de esa especie de estoicismo sobrehumano que los occidentales vemos en las gentes de oriente y que tanto nos admira.
Una de las críticas que se hacen del guión es que nada habla de los antecedentes de todo este desastre, los Jemeres Rojos no surgieron por generación espontánea, sino en buena medida, por culpa de la desastrosa política bélica de Richard Nixon, que sometió al país camboyano a un sinnúmero de bombardeos de los que los expertos llaman "de alfombra", que arrasaron el país y provocaron miles de víctimas civiles. Ni Inglaterra, ni Alemania, ni Japón, sufrieron semejante agresión durante la Segunda Guerra Mundial, bomba atómica incluída. Todo ello con la excusa de que en Camboya (país nominalmente neutral), tenían sus bases las guerrillas del vietcong y era necesario cortar sus líneas de suministro. Dicho esto, hay que recordar que el film es la adaptación de un libro y que en él, la autora del mismo habla de su experiencia, la de una niña que no había cumplido diez años y, como es lógico ella nada sabía de todas estas cuestiones políticas, sencillamente cuenta lo que vivió en primera persona.


La película está bien rodada, con una buena dirección de actores y con algunos planos aéreos muy llamativos, en los que se ve deambular a los personajes a vista de pájaro, en medio de la exuberante naturaleza de la selva o entre los campos de arroz, componiendo imágenes realmente bellas. Otras, igualmente bien rodadas, son impactantes por el drama que retratan, recuerdo ahora una en la que se ve parte del entrenamiento de los niños soldado, en que están horas y horas, con su fusil sobre los hombros, metidos en un río, con el agua hasta la cintura, bajo una lluvia monzónica y sin perder la formación.


Una crónica real, de uno de los episodios más vergonzosos de la historia reciente de la humanidad que quizá, para aquellos a quienes pille de nuevas, sería interesante documentar con esos antecedentes que hemos mencionado, para entender como un grupo de comunistas maoístas, formados en algunas de las más prestigiosas universidades europeas, al frente de una tropa de analfabetos (dicho en el mejor sentido del término y sin ánimo peyorativo), la mayoría de ellos adolescentes, lograron hacerse con el poder y someter al país a un régimen que les devolvió a la edad de piedra, quedando abolida la moneda, la religión y la familia. Todo pertenecía al Estado. Se fomentaba la delación y el asesinato entre familiares como muestra de obediencia, hasta conformar el experimento de ingeniería social más extremo de la Historia.




miércoles, 11 de abril de 2018

HEADHUNTERS

Roger (Aksel Hennie) es un hombre que parece que lo tiene todo: es el headhunters (cazatalentos) más exitoso de Noruega, está casado con Diana (Synnøve Macody Lund), la bella propietaria de una galería de arte, posee una magnífica casa, pero lleva un tren de vida que no puede permitirse. Para conseguir esos ingresos que precisa, se dedica a robar obras de arte.
En la galería, su mujer le presenta a Clas Greve (Nikolaj Coster-Waldau), que no sólo es el candidato perfecto para el cargo de consejero delegado de la compañía para la que Roger está en ese momento trabajando como cazatalentos, sino que además posee una pintura de gran valor. Roger ve por fin la oportunidad de lograr la independencia financiera.
Roger Brown se nos presenta como un afortunado ladrón de guante blanco con una doble vida, pero lo que no espera Brown cuando irrumpe en casa de Greve para robarle ese cuadro que le solucionará los problemas económicos el resto de su vida, es que este último también está jugando un doble juego, en el que, como irá descubriendo, Roger tiene asignado un importante papel, muy a su pesar.
A partir de este momento, comenzará una especie de cacería en que cada cual deberá hacer uso de su ingenio y dotes para la supervivencia, ya que la vida de más de uno está sobre el tapete en una partida que no admite abandonos una vez se ha ingresado en el tablero.


Basada en la novela del mismo título del noruego Jo Nesbø, un libro del que se han vendido miles de ejemplares en todo el mundo y que le ha valido a su autor, junto a la serie del detective Harry Hole, ser considerado como uno de los maestros de la novela policiaca actual.
Como curiosidad, reseñar que Nesbø, fue vocalista y guitarra del grupo noruego de pop rock Di Derre, fundado en 1992 y del que también formó parte su hermano Knut , fallecido en 2013.


El gran mérito de Morten Tyldum y de los guionistas del film, es haber sabido adaptar la excelente novela de Nesbø. En ella estaba todo lo que vemos en el film, los giros que va tomando la historia que logran traer de cabeza al espectador; la acción trepidante; el ritmo vivo que va tomando la narración a partir de determinado momento, que no deja un segundo de respiro y que logra tapar los amaños de que se vale el autor de la novela y, por ende, el realizador del film, para que transcurra por donde le conviene, de manera que cuando vemos algo que nos llama la atención por poco creíble o demasiado rebuscado, no nos da tiempo a reflexionar sobre el presumible engaño, porque ya estamos metidos de lleno en la secuencia siguiente que nos obliga a olvidar lo anterior. Es una especie de juego de prestidigitación en que el mago nos va llevando por donde quiere hacerlo y aunque las trampas, algunas veces son más que evidentes, el resultado es tan sorprendente que todo lo perdonamos en beneficio del espectáculo y más cuando observamos la habilidad con que va encajando las piezas que ha ido diseminando a lo largo del metraje, desde el mismo inicio, para, finalmente, mostrar en toda su esplendidez el puzzle que tan hábilmente ha construído.
Si a todo ello le añadimos unas buenas interpretaciones y sus dosis de humor negro, nos encontramos ante una película recomendable para pasar un rato entretenido con una historia que se puede colocar entre lo mejor del neonoir de los últimos años.




martes, 10 de abril de 2018

SHARPE Y LA FORTALEZA INDIA

Con una amorosa viuda francesa esperándolo en Seringapatam, y llevando una fortuna en joyas que expolió del cadáver del sultán de Tippoo, el recientemente ascendido alférez Sharpe, lucha por ser admitido como uno más entre los oficiales, algo que le resultará muy complicado, pues le miran con recelo, como a los pocos que han ascendido desde la tropa, a quienes consideran unos intrusos, pero sobre todo, unos seres inferiores.
Liderado por el desertor inglés William Dodd, el ejército Mahratta se retira a la inexpugnable fortaleza de Gawilghur, donde Dodd intenta derrotar a Wellesley y cometer una traición final que le hará gobernante de todo el sur de la India.
Asignado al servicio del capitán Torrance para ayudar con el tren de suministros, Sharpe descubre un gran alijo de suministros militares malversados. El capitán se da cuenta de que Sharpe sospecha que él y su sargento, Obadiah Hakeswill, el antiguo enemigo de Sharpe, robaron los suministros y le tiende una trampa que hará caer a Sharpe en manos de Hakeswill, quien le roba sus joyas y le entrega al hermano y socio del comerciante hindú que les compraba los suministros robados, quien desea tomar venganza en Sharpe de la muerte de su hermano, aunque tratándose del peculiar soldado inglés, no todo está perdido.
En el libro, junto a la peripecia de Sharpe que, una vez más, no sabemos cómo va a lograr salir de la trampa que le tienden sus enemigos para acabar con él, asistimos al asedio y toma de la fortaleza de Gawilghur, un lugar inexpugnable que, en palabras del historiador militar Jac Weller, «tres compañías de boy scouts razonablemente efectivas, armadas con piedras, podrían haber contenido a un número de soldados profesionales varias veces superior». Sin embargo, sir Arthur Wellesley, logró tomarla con inesperada rapidez, se supone que los defensores estaban absolutamente desmoralizados, de otro modo no se explica las relativamente escasas bajas británicas, apenas 150 hombres en un asedio que pudo haber acabado en derrota para las tropas europeas de haber mediado un poco más de entusiasmo por parte de los sitiados.
Sin embargo esto no debe ocultar el horror de lo que debió ser el asalto a aquel bastión, que Cornwell recrea con todo el colorido y el dramático realismo de la sangre, el hedor de los muertos, el humo de las descargas artilleras y el entrechocar de sables y bayonetas en unas líneas que nos hacen revivir las épicas escenas en las que el capitán Campbell, al frente de su Compañía Ligera escocesa, logró penetrar en la fortaleza tras acceder por un lugar imposible, un auténtico despeñadero que apenas podía ser transitado, para, una vez dentro, abrir las puertas de acceso a la fortaleza interior. Aquí, el novelista se toma su licencia, cambiando un poco la historia y pone a Sharpe al frente del temerario asalto.
Con este libro, se cierra el periplo de nuestro protagonista por tierras de la India, para regresar a Europa al igual que su jefe, el futuro Duque de Wellington.



lunes, 9 de abril de 2018

ARRUGAS

Emilio, un antiguo ejecutivo bancario, es internado en una residencia de ancianos por su familia tras sufrir una nueva crisis de Alzheimer. Allí, aprende a convivir con sus nuevos compañeros -cada uno con un cuadro "clínico" y un carácter bien distintos- y los cuidadores que les atienden. Emilio se adentra en una rutina diaria de cadencia morosa con horarios prefijados -la toma de los medicamentos, la siesta, las comidas, la gimnasia, la vuelta a la cama...- y en su pulso con la enfermedad para intentar mantener la memoria y evitar ser trasladado a la última planta, la de los asistidos, cuenta con la ayuda de Miguel, su compañero de habitación, que también será el encargado de enseñarle las instalaciones y de ponerle al día de la rutina diaria de su nuevo hogar: le muestra la sala de estar, que conocen como la pecera, el salón de televisión donde solo les ponen documentales de animales, y la piscina, que, le informa, es para impresionar a los clientes - los que pagan las facturas - pero no para los internos, ya que la mayoría necesitan ayuda incluso para ducharse.
Miguel y otros compañeros de residencia, ante la cada vez más evidente posibilidad de que su amigo Emilio sea trasladado a esa fatídica última planta, tratan de evitar que los enfermeros y médicos se den cuenta de sus despistes, evitando que le hagan las pruebas que puedan llevarle arriba. Para ello trazan un disparatado plan que tiñe de humor y ternura el tedioso día a día de la residencia, pues para ellos acaba de empezar una nueva vida.


La película está basada en Arrugas (Rides, en el original francés), una novela gráfica de Paco Roca, publicada originalmente en 2007 por la editorial francesa Delcourt.
El autor de la novela colaboró en el guión y en el diseño de los personajes.


Tenemos tanto miedo a la vejez, que la ocultamos.
Paco Roca, el genial historietista español, hace con su novela un ejercicio contrario, nos acerca a ese mundo por el que, si Dios nos da un poco de salud, todos habremos de pasar al final de nuestras vidas.
A la adaptación le faltan algunas cosas para ser una película redonda, yo he notado algunas transiciones bruscas en determinados momentos de la narración, pero todo se le perdona a esta historia por su calidad humana y su ternura.
El film huye de dramatismos exagerados, pero no renuncia a contar lo que todos sabemos, pero, como decía al principio, ocultamos, o simplemente no hablamos de ello. No nos cuenta nada nuevo, nada que no sepamos y, sin embargo, era necesario contarlo para poner a la vista ese mundo oculto en el que todos, unos por estar en él, otros por cercanía al tener familiares o amigos viviendo ese trance, estamos inmersos.
Me decía un profesional del cuidado a los mayores que cualquiera que trabaje en una residencia de ancianos, reconoce en aquellas imágenes el día a día de su trabajo y de aquellos para quienes trabaja. No es poco que la película haya sabido retratarlo sin caer, como he dicho, en excesos, ni en el aspecto dramático, ni en el humorístico con que salpica las escenas.
Dibujos animados para adultos, con los que sonreír y, posiblemente, llorar. Una historia que trata sobre la dignidad de unos seres a los que arrinconamos por improductivos y un retrato de uno de los temas olvidados en nuestra cruel sociedad.




viernes, 6 de abril de 2018

LA VOZ DORMIDA

Pepita (María León), una joven cordobesa de origen rural, va a Madrid en la posguerra para estar cerca de su hermana Hortensia (Inma Cuesta) que está embarazada y confinada en la prisión de Ventas.
Cuando la visita por primera vez esta le pide un favor: debe hacer llegar a su marido, guerrillero que lucha en la sierra, documentación para poder salir del país.
Pese a que Pepita no quiere implicarse en asuntos políticos acepta ayudarla, entregando la documentación a Paulino (Marc Clotet), conocido entre los guerrilleros como "Chaqueta Negra", que le pide colaboración para curar a Felipe (Daniel Holguín), el marido de su hermana que está herido.
Don Fernando (Jesús Noguero), el señorito de la casa en que trabaja Pepi, convertido en contable al no poder ejercer como médico debido a su ideología, será quien le cure, volviendo a ver gracias a ello a Paulino, por el que se sentirá atraída, el cual le pedirá que sea su novia.
Paulino es un valenciano de familia burguesa, que lucha en la sierra de Madrid. A pesar de la dificultad de su relación, se enamoran apasionadamente.
Hortensia es juzgada y condenada a muerte. La ejecución no se llevará a cabo hasta después del parto. Pepita intenta por todos los medios y en todas las instancias que condonen la ejecución. Va todos los días a la prisión con el objetivo de que le entreguen al futuro hijo de Hortensia, suplicando que no lo den en adopción o lo internen en un orfanato, incluso acuden al obispado por mediación de la esposa de Don Fernando y pedirá ayuda también al padre de este, que fue médico de Franco.
El guión de Ignacio del Moral y del realizador del film, Benito Zambrano, adapta la novela del mismo título de Dulce Chacón.


Maniquea, lacrimógena, parcial, esquemática... Son algunos de los adjetivos que podrán leer sobre este film, claro está que junto a aquellos que la consideran brillante.
Es cierto que se pueden apreciar fallos en el film, que no es una gran película, que "otra vez" nos trae el asunto de la Guerra Civil y su inmediata posguerra, que puede que los personajes estén un tanto idealizados, los buenos (los de izquierda, claro), solidarios y de claros ideales y los malos, muy malos.
Pero dicho esto, hay que añadir que la novela en que se basa, tenía tras de sí un gran trabajo de campo en el que Dulce Chacón (fallecida en 2003 a causa de un cáncer, cuando solo tenía 49 años) se entrevistó con supervivientes y familiares de ellas, que había sufrido la represión feroz de los años inmediatos al fin de la Guerra.
La originalidad del film, como lo fue la novela en su día, es que pone voz y rostro a las mujeres, las grandes olvidadas, una vez más, de la tragedia. Militantes antifascistas, pero también otras que resultaban sospechosas para el nuevo régimen por el hecho de ser madres, hermanas, esposas, amigas o conocidas de varones que habían militado o simplemente simpatizado, con el bando perdedor.
La película está rodada de manera impecable, bien ambientada y con la cámara colocada en el sitio adecuado en cada escena y estas, a su vez, incluso demasiado cuidadas, lo que en ocasiones le resta un poco de espontaneidad y le da cierto aire de composición pictórica a algunas de ellas.
Bien interpretada, aunque lo hace muy bien Inma Cuesta, yo me quedo con el gran trabajo de María León, con un personaje que enseguida nos cautiva por su ternura y su ingenuidad, pero que esconde debajo de esa apariencia, un alma grande y fuerte. Un gran debut en la gran pantalla.
Película con escenas duras, pero es que dura fue la experiencia de aquellas mujeres que vivieron la cruel represión carcelaria desde antes incluso del final de la Guerra, al menos hasta los primeros años 60.